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1310 3 Mayo 2013

 

Hugo L. del Río
México, patio trasero

Monterrey.- Me despierta recelo esa alusión a que México y Estados Unidos dejen de vivir en vecindad para cohabitar como una comunidad plena. ¿Se referían los Presidentes Peña Nieto y Obama a la fusión de los dos países en una sola nación? Me pareció que en ese sentido iban orientados también los reiterados llamados a crear una sinergia de competitividad que pueda hacer frente al empuje de otras regiones. Y si a esto agregamos el énfasis en lo que me pareció una estrategia de homologar los sistemas de educación, entonces –claro: me confieso reo del sospechosismo—mis sospechas se disparan a la estratósfera.

Fue breve y, para mi gusto, desangelada la conferencia conjunta efectuada ayer en Palacio Nacional. El mandatario visitante me dio la impresión de no estar en su mejor momento, y Peña Nieto me pareció lacónico. Supongo que a los vecinos y socios no les hacen gracia las medidas de marginación que afectan a sus agentes de espionaje destacamentados en México. En este asunto, no creo que la sangre llegue al río: trabajamos con tecnología norteamericana; peleamos en la guerra con armamento fabricado en EU y aunque nosotros pagamos la factura con sangre, Washington nos hace la gracia de financiar la matanza.

Supongo que el gobierno mexicano quiere obtener algunas concesiones por parte de Washington y lo único que se le ocurrió fue cerrarles la puerta en las narices a sus 007. Llamó la atención la insistencia con que el Presidente Obama recalcó que el mundo está cambiando. Eso nadie lo discute. Lo que no sabemos es si el cambio viene para bien o para mal.

El problema toral, la migración, recibió un par de toques de maquillaje. Cierto: no depende del señor Obama: necesita el voto del congreso y el apoyo de la opinión pública. En cuanto a los contrabandos de armas y droga seguimos en la misma: ya sabemos que nuestra aduana es la cueva de Alí Babá, pasa todo lo que cabe por los puentes. ¿Tienen los aduanales norteamericanos los mismos niveles de corrupción que los nuestros, o estamos en competencia?

Por más que a orillas del Potomac se diga que México es un país muy importante para la Unión Americana, la Prensa de aquella nación tiene otro criterio radicalmente opuesto. Ayer, en su página web, The Washington Post no publicó una sola línea sobre la “histórica” visita, y The New York Times nos dio un aviso de media docena de palabras en la sección Mundo, eso sí, en primera página, con pase a interiores. Nada que ver con el despliegue de los medios mexicanos.

Duele, pero hay que decirlo: seguimos siendo el patio trasero de la República imperial. Ellos dan por sentado que vienen a imponernos sus condiciones. Tiene razón Carlos Fuentes: la línea divisoria no es una frontera, es una cicatriz que no ha cerrado.

 

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