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1333 5 Junio 2013

 

Momentum de la acción intercultural
Alejandro Marín

Ciudad de México.- La palabra momentum, en latín, significa movimiento y fue usada por el físico y matemático británico Sir Isaac Newton (1643-1727) para describir un cuerpo en movimiento. Newton uso latín, pues antiguamente las clases universitarias se impartían en ese idioma en todos los países de Europa. Hoy este concepto, más utilizado en Física, se llama movimiento o momento lineal.

La interculturalidad social deviene en momentos cotidianos, trascendentes e intrascendentes, vertiginosa o lentamente de modo que casi siempre pasa inadvertida en cuanto a tal, ante nuestras miradas incrédulas de no entender por qué nos pasa lo que nos pasa.

En las realidades sociales, se transita de un momentum intercultural a otro sin percatarse de las acciones asertivas que hay en ello, para replicarlas, ni de aquellas que nos detraen, para prevenirlas.

Entre la diversa infinidad de ellos, esta vez hablaré muy brevemente de dos casos no mutuamente excluyentes de este devenir intercultural.

Entre al menos dos sujetos (sociales o individuales) provenientes de culturas distintas que comparten un espacio en común, la óptica intercultural contemporánea propone tener una relación de alto respeto a los hábitos, costumbres, saberes y cosmogonías del otro. A ello le llamaré el momentum respectus, en el cuál el uno no atenta contra el otro bajo ninguna circunstancia de tiempo ni de lugar.

El uno no toma decisiones sobre el otro sin previa consulta de éste ni viceversa. El uno no impone restricciones salvo las que el espacio físico, el medio ambiente o las legislaciones y reglamentos vigentes definen en sí ante un determinado territorio común. El uno propone, procura, acompaña y quizá hasta cuida del otro, sin traspasar su umbral vital, evitando así importunarlo. Momentum de respeto recíproco.

Se ve al diferente como diferente y se respeta su diferencia. El anfitrión atiende al invitado “como se debe”, salvaguardando su integridad y su confort, que en algunos casos viene a ser responsabilidad exclusiva del mismo anfitrión.

Existe otro momentum menos visible que también se da entre sujetos de culturas distintas al compartir un espacio común. A mi parecer, más alto en valor humano que el descrito anteriormente, que es, vale decirlo, más alto en valor social en esta coyuntura contemporánea. Le llamaré momentum aequĭtas. En él se ve al diferente como igual en función del ejercicio de sus derechos y, sin faltar al respeto, el uno permite recíprocamente que el otro disponga del espacio común, de sus utensilios, accesorios y bienes como mejor le funcione, siempre que mantenga una actitud responsable que salvaguarde a ambos.

Entonces el uno no le propone, ni le procura, ni le acompaña, ni cuida al otro cual si fuera invitado.

El uno y el otro asumen de facto su libertad de acción y decisión en todo momento y lugar común, salvo las restricciones ya comentadas (del espacio físico, medio ambiente, legislaciones y reglamentos vigentes). Momentum de equidad y libertad (y justicia social, si se escala a otros niveles bajo algunas otras circunstancias que comentaremos en otro momento).

El uno no es anfitrión y el otro no es invitado, ambos son compañeros, la integridad y confort de cada uno en estricto sentido es responsabilidad de sí mismos

arandanoypitaya@gmail.com

 

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