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1375 2 Agosto 2013

 

Lo que ellos quieren
Hugo L. del Río

Monterrey.- Se dispara la idea como misil: en Michoacán hay que declarar el estado de sitio, imponer la ley marcial, ejercer la censura de Prensa y prohibir las reuniones de más de tres personas. Se perdió, desde hace años, la gobernabilidad.

Pero unos minutos de reflexión nos llevan a otro terreno: ¿Y si eso es lo que “ellos” quieren? Michoacán es un excelente laboratorio para ensayar este tipo de componendas que tendrían, sin duda, un gran éxito mediático y el aplauso y los vítores de la clase comprometida con la globalización.

En cosa de horas renunciaron primero, el procurador, Plácido Torres Pineda, y en seguida el secretario de Finanzas, Carlos Ríos Valencia. De este último no puedo decir nada, ni bueno ni malo. Lo que puedo asegurar es que, con la excepción de los malosos, ningún michoacano extrañará a Torres Pineda. Nunca sirvió para nada.

Se dice, sin pruebas que Reyna está ligado a los templarios. El comentario no cae en el reino de la fantasía. Es imposible que el narco haya crecido a sus actuales proporciones sin el apoyo del “Sistema”. Lo que resulta inconcebible, a menos que sea una política global, es que ni México ni Estados Unidos, en un esfuerzo conjunto, puedan poner en orden a un estado que tiene en Lázaro Cárdenas a una de las siderúrgicas y a uno de los puertos más importantes de este pobre país.

Si Michoacán, con este par de ases en la mano, no merece la protección del Estado mexicano, entonces hay que refrendar la membresía en el club del sospechosismo. La entidad se la pelea casi todo el submundo del narco: templarios, quienes hoy por hoy son los dueños, enfrentados a la familia michoacana, de la que se desprendieron; Jalisco nueva generación, los zetas, los Sinaloa y lo que sobrevive del cártel de los Beltrán Leyva.

Es fuerte la tentación de urgir a una respuesta de carácter militar, pero es evidente que ésa no es la solución: el problema es la corrupción. Matar narquillos, así sean capataces de éste o aquel cártel, sale sobrando. Aún no se enfría el cuerpo cuando ya entró en funciones el sustituto.

Sería, tal vez, saludable, procurar la desaparición de Poderes e investigar al gobernador Reyna, aunque eso también sería sólo una aplicación de maquillaje político. La neta: no tengo la respuesta. Sólo sé que se debe hacer algo, pero ya, para evitar que se pierda Michoacán.

 

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