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1375 2 Agosto 2013

 

Estrategia contra el crimen
Samuel Schmidt

Ciudad de México.- Napoleón usaba con habilidad la estrategia de mover ejércitos pequeños con gran rapidez, con lo cual podía golpear los flancos de los enemigos; una de las razones para su fatal derrota invadiendo Rusia, es que violó el principio que construyó su grandeza militar: armó un ejército tan grande que el abasto para las tropas tardaba mucho en llegar, y no logró moverlo con rapidez.

Agreguemos que tal vez menospreció al general Invierno para encontrar condiciones ambientales no propicias para mover a sus tropas. El uso de la fuerza es parte importante de toda estrategia, pero hay que saber usarla, porque si se cometen errores puede revertirse en contra y ser usada por el enemigo.

Mucha gente criticó a Felipe Calderón por haber usado la fuerza de manera excesiva y no haber logrado el efecto buscado.

Cuándo un ejército sale al frente una de las medidas de su éxito es causarle el mayor número de bajas al ejército contrario, Calderón se vio obligado a ocultar las bajas propias y ajenas. Para que un ejército tenga éxito, las guerras deben ser rápidas, las batallas prolongadas reclaman muchas tropas. Cuando la guerra se alarga, las bajas aumentan, la sociedad empieza a enfadarse y a retirar sus apoyos, cualquiera que se involucre en una guerra debe estudiar como en la guerra de Vietnam el regreso masivo de ataúdes envueltos en la bandera, terminó por diluir la retórica anticomunista de Estados Unidos.

Para Calderón fue demasiado sostener una guerra seis años, no parecía tener fin, inundaba al país en un baño de sangre y la sociedad temía por su seguridad, contra la que atentaban los “buenos” y los “malos”.

Muchos ejércitos toleran el pillaje como parte de la recompensa de los soldados y en México también ha sido así, sólo que afectó, como en todas las guerras, a los que no tenían vela en el entierro. Esto generó una enorme violación de derechos humanos que disminuyó los apoyos que debería tener el gobierno.

Un ejército debe conocer bien las capacidades del enemigo, sus fortalezas y sus debilidades, Calderón confundió. Las fuerzas armadas supusieron que toda la sociedad atentaba contra sí misma, en lugar de buscar aliados en la sociedad agredida, supusieron que los “conquistados” habían tomado partido por las fuerzas del mal, parecieron menospreciar el impacto negativo que produce tender cercos y someter a la población en general a los abusos del estado de sitio.

Uno de los temas más importantes de las guerras es desarrollar trabajo de inteligencia para conocer el tamaño de las fuerzas del enemigo, el tipo de apoyo social con el que cuenta, cuales son los enemigos del enemigo, y cuáles son los amigos del que ataca. Calderón menospreció todo esto, tal vez creyó que bastaba con utilizar el monopolio de la violencia legítima (Weber dixit) sin considerar que el mal uso de este principio vuelve autoritario al uso de la fuerza y la deslegitima junto con el gobierno.

Llevan meses cayéndose los casos de acusaciones falaces, manipulaciones judiciales para lograr ajustes de cuentas, lo que demuestra que una de las motivaciones no era luchar contra el mal, sino allanar caminos que hoy muestran que algo perverso se oculta.

El gobierno de Peña Nieto parece no haber estudiado que fue lo que le sucedió a Calderón, porque parecería estar copiando el contenido de la fuerza de la estrategia anterior.

Cuando alguien habla de cambiar de estrategia, debe incluir elementos muy complejos como los mencionados, pero si acaso llegara a haber este cambio con el nuevo gobierno, lo primero que hay que replantear es el concepto de guerra que están peleando, el tipo de acción y recurso que deben privilegiar, el nivel de tolerancia frente a las perdidas, el tipo de ganancia que debe satisfacer a la gente. Y antes que nada, conocer muy bien el terreno que pisan.

¿Por qué ni Calderón ni Peña pueden corregir las distorsiones que se registran en Michoacán? Desconocen las condiciones que el crimen organizado impuso en la región, como es el control de la economía; el tipo de conexiones entre crimen y gobierno (lo que incluye a policías y fuerzas armadas); el uso de la fuerza no ha tenido la contundencia que debería tener; se ha perdido de vista el verdadero objetivo; hay desconocimiento del enemigo, de quiénes son los amigos y cuáles son las tolerancias en ambos terrenos.

Peña requiere establecer un nuevo terreno con el crimen organizado y está urgido de formular una nueva estrategia, Michoacán puede ser el terreno adecuado.

 

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