¿One Laptop per Child?
José Angel Pérez Rodríguez
La tecnología digital trajo a finales del siglo pasado el surgimiento de la sociedad de la información por la facilidad con que se pudo manejar, procesar y transportar datos en tiempo real (sonido, imagen, video, texto).
La Internet interconectó el mundo y esto brindó la posibilidad de acceder a información instantánea, y también a transmitirla por cualquier persona que posea una computadora conectada a Internet, una laptop, una tableta o un simple Smartphone.
En este momento la banca, el comercio, la industria, las oficinas de gobierno y el público en general, están conectados a redes privadas y públicas en las que se comparte gran cantidad de información. Este contexto exige de la escuela, desde el nivel básico, la formación de ciudadanos usuarios de la tecnología, y a la vez participantes activos en la construcción del conocimiento, no sólo consumidores de los recursos de la red.
Ya hemos dicho en este espacio que durante el sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón se malgastaron recursos públicos en proyectos de equipamiento de tecnología con los malogrados Enciclomedia y Habilidades Digitales para Todos (HDT).
La presente administración promete un proyecto tecnológico para la educación básica consistente en proporcionar computadoras personales a cada niño de quinto y sexto de educación primaria, así como de la correspondiente conexión a Internet de banda ancha. El portal de la SEP anuncia que este proyecto empezará en el mes de noviembre en forma piloto en tres Estados de la República Mexicana (Sonora, Colima y Tabasco).
Sin conocer el protocolo del proyecto, ya que sólo sabemos lo que la prensa ha publicado y la escasa información del portal de la SEP, planteamos las siguientes consideraciones:
1. Con tristeza observamos que una vez más, la SEP coloca “la yunta detrás de la carreta” pues primero se contrata a las empresas a las que se comprarán las laptops “ya cargadas con los programas” sin que haya, o al menos no se conoce, un plan de capacitación docente o información acerca del modelo a seguir, para capacitar al profesor en el uso didáctico de la herramienta.
2. Este proyecto se ubica en el modelo One Laptop per Child (OLPC), creado sin fines de lucro en los laboratorios de multimedia del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y apoyado por distintas firmas comercializadoras de tecnología como Google, AMD, Red Hat y Brightstar Corp entre otras (htpp://www.one.laptop.org).
3. Sería un error que volviéramos a copiar al pie de la letra un modelo extranjero, y en particular el propuesto por OLPC cuyo teórico Seymour Papert establece la siguiente tesis: a menudo, los estudiantes aprenden mejor con poca orientación de los profesores (olpcmexico.org). Continúa Paper: “los sujetos aprenderán mejor cuando construyan objetos que les interesen personalmente, al tiempo que los objetos construidos ofrecen la posibilidad de hacer más concretos y palpables los conceptos abstractos y teóricos, y por tanto, son más fácilmente comprensibles.
El peligro de estas tesis es que se da más peso específico a la tecnología que a la mediación del profesor y esto es una irresponsabilidad, pues se propone el uso de la computadora y la Internet en forma libre por los estudiantes con poca participación del docente.
4. Nuestros conocimientos y experiencia como profesores e instructores de tecnología educativa nos dicen que la tesis de Paper no tiene sustento, porque la labor del docente es más densa cuando se emplea tecnología como herramienta didáctica. El docente es el guía, el asesor, el experto, el formador sin cuya participación no se arriba al pensamiento abstracto por más tecnología que se use en el aula o fuera de ella.
5. Abandonar a los estudiantes frente a la tecnología los hará dependientes, y los expondrá a utilizar sólo el sentido común. Como dice Bachelard, no existe continuidad entre el conocimiento común y el conocimiento científico, ya que se aprende en contra del sentido común.
6. No se puede soslayar el uso de la tecnología en la escuela pero más peligroso es abandonar a nuestros estudiantes frente a la tecnología. ¿O acaso esto es lo que se pretende?
