MALDITOS HIPSTERS
¿Todavía hay carne para asar en Monterrey?
Luis Valdez
Monterrey.- La tienda que figuró en la carne asada más grande del mundo, todavía cuenta en sus sucursales con carne para asar. O encontraron la manera de clonar a las reses, o de plano saben bien lo que es la manipulación comercial y el mercado permanente.
No fui a la carne asada más grande del mundo, porque odio las filas y me gusta que me sirvan mi carne de inmediato. No me importa que sea angus o carne de vaca masajeada. La mayor parte de los contreras que se la pasan criticando por las redes sociales todo lo que se pueda criticar (porque criticar es bien fácil y mejor si es algo que se pone de moda) echaban pestes del evento. Están en su derecho. Yo sigo defendiendo que la carne angus es buena carne, pero no por ello estoy dispuesto a sufrir por un pedazo de carne asada y cuatro tortillas recalentadas.
Si usted se quedó con el antojo ese día, y un día o una semana después se lanzó a la tienda más cercana donde venden carne, se habrá dado cuenta que no se agotó en ningún lado. Ni siquiera la angus. Y no es que yo coma angus en vez de bistec del 7, sino que en las tiendas de cadenas gringas suelo ser bien preguntón.
¿Fue todo una farsa que se creó para fines meramente comerciales más que de orgullo del regiomontano? ¡Por supuesto! Sólo un estúpido no se habría dado cuenta que los de esta ciudad somos presas fáciles de la publicidad y los amontonamientos de gente para un teatro del pueblo o una rosca de reyes enfrente del palacio municipal, donde a final de cuentas tienen preferencia los posesionarios (que ya tienen casa en la San Gilberto) porque los llevó su líder regional.
Los eventos populares son utopías, como… como el Informe de gobierno. ¿Usted cree en el informe de un presidente que gasta no sé cuánto dinero en estilistas y modisto? Bueno, pues ya con ese ejemplo vemos de qué iba el evento del cabrito (que organizó FEMSA porque le había cerrado el Jardín Cerveza de la expo) y la mentada carne asada en Parque Fundidora.
Es decir, que somos previsores del mercado. En Monterrey nunca se nos acabará la carne para asar. Y menos si los vendedores saben que habrá partido de fut. Caramba. No nos imaginemos qué nos venderán cuando se acaben las reses.
Creo que hay que ir preparando nuestras dentaduras para el regreso al mercado formal de la carne de caballo.
