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1397 3 Septiembre 2013

 

Nuevo León machista
Jesús González

Monterrey.- Nuevo León es hoy un lugar muy peligroso para vivir.
La violencia se ha normalizado entre la población, la aceptamos de manera pasiva o peor aún, cada vez más personas la ejercen de manera activa.

Cada mes, cada año, vemos cómo la violencia se apodera de las relaciones humanas. En una sociedad que ha hecho del hombre el principal centro de poder y de la toma de decisiones, los más vulnerables a la violencia son las mujeres y los niños. Hoy por hoy Nuevo León es uno de esos estados donde más mujeres son violentadas de manera constante, haciéndolas víctimas de innumerables tipos de violencia.

Desde el año 2012, activistas y organizaciones intentan que se declare una “Alerta de Género” por el alto índice de mujeres asesinadas. Durante los meses de julio y agosto hemos sido testigos del incremento en denuncias de violación sexual y de asesinatos de mujeres en el Estado, muchos de esos delitos tienen antecedentes de violencia intrafamiliar, y al no haber sido detectados a tiempo no se evitó el desenlace.

En el sistema de relaciones que predomina en Nuevo León, el hombre cree que la mujer es de su propiedad, dándose el derecho de controlar sus movimientos, sus amistades, su economía, su derecho a laborar o estudiar. Es una realidad que abarca incluso a los sectores “progresistas” que utilizan un machismo refinado para controlar a la mujer.

El hombre decide si las acciones de “su” mujer son buenas o malas y tal decisión es la que dispara la violencia en sus múltiples formas: golpes, agresiones verbales, agresiones contra la dignidad de la persona, revisar sus pertenencias y un largo etc.

La saña con la que se cometen los delitos contra las mujeres es un síntoma de una sociedad enferma que no quiere ver el profundo daño que se causa al tejido social, ya no sólo son blanco de esta violencia de género las mujeres adultas, hoy se ha extendido a jóvenes y adolescentes. Sólo estamos a un paso de que las víctimas sean niñas.

Existe aún en varios códigos penales la llamada “emoción violenta” como atenuante de las agresiones contra mujeres, esta aberración jurídica no es más que el tratar de justificar que el hombre “perdió la razón por las emociones y no era consciente de lo que hacía” al violentar a una mujer, lo que nos muestra hasta qué grado se ha normalizado la violencia.

Sin ir más lejos, podemos ver que en nuestro lenguaje diario fomentamos la violencia hacia la mujer al promover que se les vea como objetos de consumo o bien como símbolo de debilidad: “Pareces vieja” se suele decir. Muchas personas han dado la voz de alerta sobre todo esto antes, pero hoy estamos en una crisis particular.

El patrón de violencia se manifiesta ahora inclusive en mujeres que lo ejercen contra mujeres “Quién sabe qué hizo para que su marido le diera una friega” dicen. Lo vemos también en la hipócrita reacción de las organizaciones frente a un problema tan grave que está dejando huérfanas y huérfanos en Nuevo León.

Son pocas las personas y organizaciones que de manera valiente alzan la voz hoy en Nuevo León para tratar de contener este fenómeno, para tratar de revertirlo, casi todas son mujeres y son pocos los hombres que las acompañan en esta lucha.

Pero enfrente tienen a un aparato de Gobierno al que no le conviene aceptar los feminicidios. Representantes del Ejecutivo que pedían a los diputados legislar sobre el tema, ahora son amnésicos  porque el próximo año comenzaran los jaloneos por las elecciones. Como si las elecciones fueran más importantes que la vida de las mujeres.

Una sociedad de clase media y alta que enseña a las mujeres a no hablar sobre esos problemas porque “esas cosas se arreglan en la casa”.

Activistas, hombres y mujeres que se manifiestan contra la violencia de género, pero que en sus relaciones personales controlan a sus parejas.

No será fácil desaprender toda una cultura de autoritarismo del hombre hacia la mujer pero es necesario, la estabilidad de la sociedad depende de que todas y todos podamos ejercer los mismos derechos. Podríamos empezar por exigir que dejen de ser asesinadas.

PD: También existen mujeres que ejercen, que replican, este tipo de violencia sobre sus parejas.

@proyectoepuente

 

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