EN LAS NUBES
Como político
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.-  Después de tantos disturbios en México y en el Distrito Federal principalmente, mejor cambiar un poco de tema. En lugar de llorar, mejor reír. Un señor que manejaba por la ruta gallega  ve un cartel en el frente de una casucha: “Se vende perro que habla”.

Detiene el coche, golpea a la puerta y aparece el dueño. Al saber que tiene interés en el animal, le dice que pase a verlo; está en el patio trasero. “¿Tú hablas?”  “Sipi”,  le responde el perro labrador. Cuando el hombre se recobra de la impresión de haber oído hablar al animal, le pregunta: “¿Y cuál es tu historia?”

El labrador levanta entonces la vista y le relata: bueno, descubrí que podía hablar desde pequeño. Como quería ayudar al gobierno, decidí decírselo a la Interpol. En poco tiempo me prepararon y me tuvieron en visita por todo el país. Sentado en cuartos de  espías y líderes mundiales, nadie podía imaginar que un perro entendiera lo que decían. Fui uno de los espías de la agencia más valiosos, por más de ocho años. Pero de tanto viajar, caí en la fatiga.

Entonces renuncié y tomé un empleo en el aeropuerto. Quería hacer un trabajo más liviano, para la policía, por lo que vagaba cerca de los sospechosos y escuchaba sus comentarios. Descubrí muchos manejos ilegales y recibí muchas condecoraciones. Luego me casé,  y tuve muchos cachorritos y aquí me ve, totalmente retirado de la actividad. El individuo queda sorprendido, completamente alelado.

Después de un momento, sale y le pregunta al dueño: ¿Cuánto quiere por el perro?  “Diez euros”, le responde. “¿Diez euros? ¿nada más?”

Sorprendido el hombre por el precio, califica al perro como muy especial. Y pregunta: “¿Por qué lo vende tan barato?” a lo que el vendedor, molesto, responde: “¡Porque es un mentiroso de mierda! ¡jamás salió de este patio!

Cualquier semejanza, con quien usted identifica, es pura coincidencia.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx.