Impunidad y cinismo
Miguel Treviño Rábago
Reynosa.- Tamaulipas vive una de las etapas más negras de su historia política. Se inició con el asesinato salvaje del Dr. Rodolfo Torre Cantú unos días antes de que fuera inevitablemente electo como gobernador del Estado, pues su popularidad era arrolladora. Lo recordé ahora que por casualidad ví un capítulo de la serie televisada por Unicable acerca de Pablo Escobar a quien calificaron en Colombia como “El Patrón del Mal” quien mandó ejecutar públicamente a un candidato que amenazaba sus intereses personales.
La similitud es impresionante. Pero lo que más impacta e indigna de lo ocurrido en Tamaulipas, es la impunidad de quienes ordenaron ese artero crimen. Y aunque el cargo de gobernador lo desempeña ahora su hermano Egidio Torre Cantú (aún cuando su nombre ni siquiera apareció en las boletas electorales) los electores votaron más por el afecto al candidato difunto y ni siquiera se ha profundizado en la investigación del asesinato. Ni el gobierno panista de Felipe Calderón ni el actual del priísta Enrique Peña Nieto, se han interesado en esclarecer ese sangriento evento. La impunidad brilla en todo su esplendor en Tamaulipas.
Se registra un desorden político generalizado. Es como si no tuviéramos un gobernador desde hace tres años. Hasta cierto punto es comprensible, porque su oficio político era y es nulo. Pero tres años después de estar en el Palacio de Gobierno en Ciudad Victoria, la voluntad política no le brota por ningún lado al gobernador. Tamaulipas (de acuerdo a las informaciones que publican los grandes diarios nacionales) ocupa los primeros lugares en actos delictivos de toda naturaleza. Somos como estado, “líderes” en toda clase de actividades ilícitas. Y sin embargo, el responsable del Ejecutivo estatal, en complicidad con el Legislativo y Judicial se empeñan en ocultar hechos que todos los ciudadanos constatamos día a día. Y es que la triste realidad ya los rebasó hace mucho tiempo. Ellos viven en otras dimensiones.
Hay un empeño gubernamental en reiterar que no pasa nada, que todo está bien, que vivimos en paz y armonía y que Tamaulipas avanza. Todo muy alejado de la realidad. Sin embargo esa publicidad no engaña a nadie, sólo engorda los bolsillos de los publicistas al servicio del gobierno con millonadas de pesos. Una y otra vez, hemos reiterado en nuestras columnas y programas de radio que se trata de cortinas de humo que intentan ocultar hechos tan graves que ya trascienden las fronteras y repercuten hasta en el vecino Estado de Texas en territorio de Estados Unidos. La contaminación delictiva salta a la vista en las informaciones internacionales diarias.
Simplemente en el relevo político que se acaba de registrar en Tamaulipas, las derrotas para el PRI en importantes municipios fronterizos como Nuevo Laredo, Mier, Miguel Alemán y Matamoros, pusieron de manifiesto que el saqueo de los ayuntamientos en esos y otros municipos fue feroz y descarado. Los alcaldes salientes barrieron hasta con el último peso en las arcas y no contentos con ello, dejaron endeudadas las administraciones entrantes que no tienen ni para lo más elemental. La pregunta obligada es ¿qué medidas jurídicas se van a tomar contra los alcaldes y sus funcionarios saqueadores? ¿Qué postura asumirá el nuevo Congreso del Estado ante el evidente enriquecimiento ilícito de los ediles salientes? ¿o pasarán también a engrosar las listas de actos impunes en demérito del pueblo tamaulipeco?
El gobernador del Estado tiene mano en el asunto. Las tesorerías municipales de todo Tamaulipas fueron vaciadas y las obras públicas brillan por su ausencia. Hay “obritas” de caricatura, de inversión mínima, de ornato inútil y de pantalla económica, pero no engañan a nadie. Si el presidente Peña Nieto cumpliera con su palabra de combatir la corrupción, debería voltear los ojos a Tamaulipas y dar órdenes perentorias para que se abran expedientes de investigación a los alcaldes salientes que se embolsaron miles de millones de pesos de los contribuyentes tamaulipecos, de las aportaciones estatales y sobre todo de las partidas federales. Miles de millones de pesos se esfumaron en ambos lados de la frontera tamaulipeca. ¿Lo sabe Enrique Peña Nieto? Claro que sí. Si los ciudadanos lo sabemos, no es posible que el presidente de la República desconozca las raterías de sus compañeros de Partido. ¿O esa será la excusa para brindarles impunidad y dejar sin castigo sus raterías?
¿Sabrá el presidente de los 14 ó 16 millones de dólares que (según la cadena televisiva Univisión del sur de Texas y la Radiodifusora Radio Rey) al padre del alcalde saliente de Reynosa le fueron detectados en una residencia de Mission, Texas en territorio gringo por una agencia federal de investigación? La noticia fue pública y difundida por el canal 48 de Univisión en Mc Allen, Texas. La pregunta es: ¿así se van a quedar las cosas sin aclarar si fue verdad o difamación de la cadena norteamericana ampliamente reconocida en el Valle? Porque si fuera verdad, ¿quién se quedó con los 14 ó 16 millones de dólares? Y lo más importante ¿ de dónde salió todo ese dinero en poder de dos personas de la misma familia ?
La impunidad se asoma por una orillita y Peña Nieto debe requerir que lo informen de todos los pormenores. Y nosotros no vamos a dejar de insistir en que aparezcan esos millones de dólares.
Alguien por allí con gran acierto comentaba que los gobiernos presidenciales emanados del PRI eran sumamente autoritarios. De tal forma que cuando un gobernador o alcalde era exhibido como un auténtico ladrón o violador de las leyes no escritas de la política mexicana, desde el centro del país se les exigía su renuncia inmediata. Las órdenes presidenciales eran fulminantes. No había poder humano que salvara a nadie. La llegada de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón reblandecieron la institución presidencial. Se relajó el orden y se violentó el sistema jurídico una y otra vez. Los fraudes electorales socavaron la confianza ciudadana en las instituciones (obsoletas pero medio funcionales) y terminaron por fomentar un desorden político y económico de proporciones monumentales. Sólo basta con ver cómo se tambalea todo el país en medio de la corrupción, la impunidad y la violencia en todo el territorio nacional.
Gobernadores como el Tamaulipas ya se hubieran caído de sus sillones y los hubieran envíado a la casa. Alcaldes como los que recientemente “entregaron” los ayuntamientos en quiebra, ya estuvieran en celdas penitenciaras por ladrones y cínicos. Porque se les pueden configurar delitos de peculado, abuso de autoridad, desvío de fondos federales, tráfico de influencias, nepotismo, robo de bienes municipales, enriquecimiento inexplicable, protección a delincuentes, ocultamiento de información y nula transparencia en el manejo de recursos públicos, negligencia, pago de nóminas secretas llenas de aviadores, seudoperiodistas y familiares, compra de bienes inmuebles en México y en el extranjero, falsear sus declaraciones patrimoniales, deudas millonarias a proovedores, endeudamiento secreto no autorizado, sobornos a regidores y diputados para comprar silencio en relación a las cuentas públicas, etc ; etc; etc.
¿Acaso el presidente Peña Nieto y Gobernación desconocen todos estos recursos jurídicos como para no proceder contra éstas bandas de ladrones que saquearon las alcaldías tamaulipecas?
Hasta un estudiante de Derecho lo sabe.
Sería bueno preguntar dónde están los organismos ciudadanos y los sectores “activos” que tanto cacarquean y exigen la honestidad de los servidores públicos y se han quedado mudos ante el saqueo de las alcaldías. ¿Dónde están los seudo líderes de los partidos políticos de oposición al PRI que se dan golpes de pecho acerca de su “honestidad” política? La triste realidad es que unos y otros también son cómplices del gran desorden que se vive en Tamaulipas, porque sobra quién los haya observado haciendo fila en las ventanillas de los ayuntamientos y de otras instancias oficiales. De allí que todos los partiditos hayan perdido su credibilidad ante el electorado que ya no les cree ninguna de sus cantaletas chantajistas. Tenemos tristemente una inmensa mayoría de diputados y senadores de pacotilla que le han dado la espalda al pueblo.
Tamaulipas vive momentos muy tristes. La seguridad pública es nula. Sus gobernantes juraron hacer cumplir la Constitución, pero todo ha sido mero protocolo. Como dicen, de los dientes para afuera. El gobernador hace como que hace, pero no hace nada. Miles de millones de pesos se esfuman diariamente de las arcas públicas y nadie es capaz de levantar la voz en protesta. Y si volteamos alrededor, los tamaulipecos no tenemos más remedio que encomendarnos a los santos más populares y dizque milagrosos para sobrevivr en éste desorden público que a nadie interesa.
De allí que volvamos a preguntar si el presidente Peña Nieto estará interesado en combatir la corrupción empezando por Tamaulipas. Porque una cosa es indiscutible: o Peña Nieto somete a los gobernadores, o éstos señores lo van a someter a él, para continuar ejerciendo su poder abusivo y antidemocrático en sus estados-virreinatos que están que revientan con tantas protestas populares. Veremos y diremos.
Para concluír le comentamos que en Reynosa, Tamaulipas, continún los criminales cortes de agua hasta de dos días por parte de la llamada Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (COMAPA) que con el pretexto de realizar obras de mantenimiento, nos tiene a los habitantes en condiciones de insalubridad, pestilencia, falta de higiene, acarreando agua como si viviéramos en un ranchito, bañándonos a jicarazos o de plano sin bañar, porque tuvieron la brillante idea de racionar el vital líquido sin importar negocios, escuelas, restaturantes, hospitales, etc.
Eso sí, los recibos llegan puntualmente y por los mismos montos. Ni un peso menos. A ver si el nuevo Alcalde se decide a poner orden de una vez por todas en ese organismo que sugerimos lleve en su logo a ese pestilente personaje que usted recordará como el Eco-Loco.
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