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1518 19 Febrero 2014

 

Material del deseo
Eligio Coronado

En Caballero Bonald la poesía florece, se distribuye por la página, cubre los recovecos, los llena de significados, se desborda, alcanza la voluntad del lector y la sacude. Y es que dicha poesía es descarnadamente precisa, despiadada dentro de su barroquismo, sin concesiones ni al ritmo ni a la métrica.

No le interesan los encasillamientos y va de lo personal a lo social, de lo humano a lo existencial, de lo histórico a lo actual y de lo preciosista a lo crítico; navega con habilidad todas las aguas y rehúye lo elegante por lo estricto.

Es una poesía original porque es propia, porque viene de adentro y no de las lecturas; porque no busca el adjetivo más estético sino el que debe ir, el adecuado, y no se empeña en perseguir la fama, sino en darle notoriedad a la palabra, ese instrumento con el que construye su obra, su  Material del deseo*.

José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, Cádiz, España, 1926) pertenece a la Generación del 50 y desde su primer libro (Las adivinaciones,1952) ha privilegiado este rigor lingűístico (¡cuando apenas tenía 26 años!): “el hombre lucha: existe, / traduce la armonía furtiva del azar, / bebe en los borbotones de su tiempo, / se confina en la fiebre donde afloran / su linaje, su origen, su imposible / destino.” (p. 38.)

Seis décadas después, Caballero Bonald mantiene esa férrea fidelidad como una característica intrínseca de su obra: “en la codicia de la luz subyace lo invisible (…) / (…) se desliza levísimo por los lentos alados aledaños de la liberación.” (Entreguerras o De la naturaleza de las cosas, 2012;p. 258.)

Por momentos parece que una cierta amargura veteara estos poemas, pero no hay tal, es sólo su naturaleza exenta de optimismo: “No me hace falta más que un poco / de fe, que una mezquina veta / de esperanza, que un resquicio / de caridad.” (p. 100.) “La edad me ha ido dejando / sin venenos, malgasté en mala hora / esa fortuna.” (p. 237.) “Mi memoria está viva, / va más allá del tiempo, de jornales ganados / a fuerza de renuncias, de míseras cautelas / para andar y estar solo.” (p. 43.)

Los temas de  Caballero Bonald son múltiples, hasta las mismas palabras son materia frecuente en sus deliberaciones: “las palabras, rangos perecederos, / con su luz momentánea, con sus frágiles nudos, / perdidas ya en un rapto de sospechas, / nada proclaman, ningún deseo fundan, /envolturas de un aire sin su mundo.” (p. 70.)

Aunque sus palabras sí proclaman un mundo, un mundo desolado, construido desde el atroz filo de su perspectiva: “Recuerdo paso a paso aquel camino / de tierra oscurecida por la lluvia, con charcos / despiadados, alambradas hirsutas / en los lindes y unos chopos sin hojas / afligiendo al paisaje.” (p. 215.)

* José Manuel Caballero Bonald. Material del deseo. Antología poética. Ed., introd. yselec. de Juan Carlos Abril.Monterrey,N.L.:Edit. La Otra / UANL, 2013. 259 pp. (Colec. Temblor de Cielo.)

 

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