Indómito indio de Oaxaca
Hugo L. del Río

Monterrey.- Los mexicanos celebramos hoy el aniversario del natalicio de Don Benito Juárez. El hombre de la Reforma vino al mundo en un México flageado por la miseria, la guerra civil y el cuartelazo, la ignorancia y el fanatismo. Un México humillado y despojado de más de la mitad de su territorio.

Don Benito Juárez, capitán del México que tenía hambre y sed de justicia; al frente de la generación de la Reforma, sereno, lúcido, indomable, con su esfuerzo, el de los titanes del partido del progreso y el de millones de humildes mexicanos anónimos, venció a las fuerza formidables que, apoyadas en bayonetas extranjeras, se empeñaban en lo imposible: detener el reloj de la historia. Disipado el humo de los disparos en el Cerro de las Campanas, México entró en la modernidad: pagamos con sangre, el derecho a proclamarnos y ser reconocidos como una nación acorazada en la dignidad. No más fueros, no más privilegios de casta.

Hoy, en el México del tercer milenio, vivimos, de nueva cuenta bajo la tormenta. La República corre un peligro mortal. Las grandes potencias y el puñado de mexicanos que marchan bajo la bandera del cipayo se empeñan en despojarnos del patrimonio común y ansían someternos a la hegemonía de fuerzas oscuras. Los masones invitamos a la sociedad mexicana a librar la gran batalla por la libertad económica y política de nuestra patria. Seamos dignos de la herencia del señor Benito Juárez.

“Que el enemigo nos venza y nos robe –escribió el indómito indio de Oaxaca–, si tal es nuestro destino; pero nosotros no debemos legalizar ese atentado entregándole voluntariamente lo que nos exige por la fuerza; si la Francia, los Estados Unidos o cualquierfa otra nación se apodera de algún punto de nuestro territorio y por nuestra debilidad no podemos arrrojarlo de él, dejemos siquiera vivo nuestro derecho para que las generaciones que nos sucedan lo recobren. Malo sería dejarnos desarmar por una fuerza superior, pero sería pésimo desarmar a nuestros hijos privándolos de un buen derecho, que más valientes y más patriotas y más sufridos que nosotros lo harían valer y sabrían reinvindicarlos algún día”.

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