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1596 9 Junio 2014

 

La enseñanza de la ciencia en la escuela básica
José Ángel Pérez

Monterrey.- El mundo se presenta a los estudiantes como un todo, como un escenario en que ocurren fenómenos de muy diversa índole que van desde lo que sucede en el hogar, en la comunidad, en la escuela y en todo el Universo. Bajo este contexto, enseñar disciplinas en forma aislada, sin relación con el contexto e incluso sin relación entre ellas mismas, hace caer los procesos de enseñanza en un reduccionismo que genera un ambiente académico difícil para el estudiante.

Ante esta grave problemática, en ciencias, urgen acciones que van desde una redefinición y organización del plan de estudios y de los contenidos curriculares hasta la construcción o adecuación de un espacio para su enseñanza: el aula de ciencias. Entendiendo el aula de ciencias como un espacio en el que el profesor atiende a sus alumnos, impartiendo clases, asesorando, planeando, proyectando, investigando.

Un aula de ciencias como la aquí mencionada tiene las siguientes ventajas:

  • El profesor puede organizar el espacio para que el estudiante lo encuentre más atractivo. Hemos observado en otras latitudes que a los estudiantes les atraen los espacios ambientados con imágenes de grandes científicos; con aparatos o juguetes en cuya construcción se aprecia la ciencia y la tecnología, tales como: balanzas, levitrones, cohetes, diablillos de descartes, prensas hidráulicas, motorcitos eléctricos, foto celdas, pilas, entre tantos otros. …
  • El profesor posee un espacio en el cual diseña sus planeaciones, accede a recursos tecnológicos, construye sus materiales y sus recursos didácticos para las clases.
  • El profesor posee un ambiente en el que puede desarrollar las actividades de enseñanza de la ciencia sin sujetarse a empezar primero con la teoría y después realizar la práctica, bajo este ambiente, puede combinar ambos aspectos. Puede planear sus clases para que los estudiantes diseñen y realicen experimentos bajo su asesoría, un espacio en el cual se consulte en libros impresos o en Internet y se reporte verbalmente o por escrito los resultados de las investigaciones.

Los tres aspectos fundamentales: currículo flexible y pertinente, ambiente áulico agradable y funcional y diseño de la instrucción bajo un modelo centrado en el trabajo colaborativo, requiere de grandes esfuerzos y recursos. Aún así, si se posee todo lo anterior, de nada serviría si se descuida la formación del profesor de ciencias que en las últimas décadas se ha mantenido en el más irresponsable abandono.

 

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