Enseñanza de la ciencia en secundaria
José Ángel Pérez

Monterrey.- El propósito rector del programa de ciencias en educación secundaria se orienta a fomentar en los estudiantes: la creatividad, el escepticismo fundamentado, el desarrollo de habilidades y actitudes que permitan reconocer problemas personales, naturales y sociales y se planteen alternativas, ideas o propuestas de solución basadas en el conocimiento científico y tecnológico y en un profundo respeto por el medio ambiente.

Sin embargo este propósito no se ha cumplido porque no se han generado las condiciones para su logro, y todo ha quedado en simples buenos deseos.
De acuerdo a la última evaluación de PISA, 2012:

• 47% de los alumnos mexicanos no alcanzan el nivel de competencias básico en ciencias.
• Menos del 0.5% de los alumnos mexicanos de 15 años alcanza los niveles de competencia más altos en ciencias.

Esto significa que aproximadamente la mitad de los estudiantes mexicanos tienen una competencia científica muy básica alejada del conocimiento abstracto y de la modelación que encamina el pensamiento del ser humano hacia la reflexión y hacia la propuesta de soluciones informadas y fundamentadas en la ciencia hacia diversas problemáticas. La otra mitad no alcanza ni eso.

Sólo el  0.5 % están en posibilidad de demostrar clara y consistentemente un pensamiento y un razonamiento científico avanzado.

Algunas investigaciones explican que este lamentable estado de la enseñanza de la ciencia se debe a que las clases se desarrollan bajo un método expositivo en el que no existen condiciones para el trabajo colaborativo. Ante esta lamentable y preocupante realidad consideramos que urgen acciones que fomenten la creatividad. Es una contradicción enseñar ciencia haciendo uso de métodos dogmáticos en los cuales se plantean a los estudiantes problemas supuestamente reales pero en cuya solución se aplican fórmulas matemáticas preestablecidas, aburridas e incomprendidas.

Se necesita un cambio en el método de enseñanza que fomente la curiosidad, la creatividad, el gusto por la ciencia y el deseo de proponer soluciones a problemas sin que para ello se recurra a fórmulas preestablecidas.

Nuestra propuesta es la siguiente:
Voluntad política de quienes toman decisiones a nivel educativo. No basta con buenos deseos ni dejarle todo a la disposición y a la buena voluntad del profesor de grupo.
Programas de estudio flexibles con pocos contenidos y en los que predomine el desarrollo de habilidades y actitudes.
Un ambiente social que valore la ciencia por sobre la anticiencia que promueven los medios y hasta ¡algunos funcionarios de educación!
Actividades científicas realizadas en el aula que trasciendan a la teoría y eliminen el desarrollo de prácticas de laboratorio carentes de creatividad y fomentadoras del dogmatismo.
Actividad en el aula de ciencias que fomente la indagación, la creatividad y la construcción de modelos matemáticos que permitan la comprensión de los principios y leyes del mundo y de la vida pero sobre todo que formen un ser humano con mentalidad informada y crítica.
Urge un programa institucional serio y comprometido alejado del vedetismo político.