Estamos listas
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- El año pasado, el 11 de noviembre del 2013, tuvimos el honor de signar y entregar un escrito al Congreso del Estado, con más de 15 mil firmas de respaldo de la ciudadanía nuevoleonesa, mediante el cual exhortamos a la LXXIII Legislatura a aprobar dos asuntos:

1.- La Minuta de Reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia político-electoral, la cual establecía la paridad de género en las candidaturas a legisladores federales y locales.

2.- La reforma a la Constitución Política del Estado de Nuevo León en materia político-electoral y a la Ley Electoral del Estado, para garantizar la paridad de género en las candidaturas a las diputaciones locales, presidencias municipales, regidurías y sindicaturas.

El escrito fue promovido a través del Consejo de Participación Ciudadana del Instituto Estatal de las Mujeres y signado por las ciudadanas María Elena Chapa Hernández, como presidenta del organismo, Blanca Judith Delgado Díaz, Liliana Flores Benavides y una servidora.

Cabe referir que un mes antes, el 15 de octubre del 2013, las mismas promoventes habíamos presentado una iniciativa de reforma a la Ley Electoral, apoyada por las dirigencias estatales del PRI, PAN, PRD, PNA y PT, para contemplar además la paridad en la integración de los órganos electorales.

Ante la manifiesta reticencia o aparente desgano de los coordinadores de los grupos mayoritarios de la Legislatura estatal, dejamos de manifiesto que tras ser aprobada la reforma al Artículo 41 de la Carta Magna por el Congreso de la Unión, no había porqué dilatar la homologación del mandato constitucional de garantizar la paridad de género.

Señalamos que los principios de igualdad y no discriminación consagrados en la Constitución Federal debían incorporarse de inmediato a la Constitución de Nuevo León, ya que se traducían en la paridad política y en derechos humanos fundamentales para que nuestra democracia avance.

Advertimos también que debían ser atendidas las firmas de apoyo de las y los simpatizantes de la reforma, para responder a una demanda ciudadana de las mujeres y para reivindicar a Nuevo León como un Estado de avanzada, siempre a la vanguardia en la creación de instituciones públicas que detonen los derechos humanos y la apertura democrática.

Referimos todo lo anterior, en virtud de que apenas la semana pasada, los diputados integrantes de la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales, se dignaron en dictaminar los dos asuntos que planteamos y su acuerdo fue dar por atendida nuestra solicitud; es decir, desecharla.

Dicho dictamen quizá sea sometido, esta semana, a la discusión y votación del Pleno del Congreso, que no tendrá más remedio que desecharlo, pues los dos asuntos que propusimos ya los habían resuelto previamente.

Por ejemplo, la Minuta de Reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, había sido aprobada en febrero del 2014, mientras que las reformas a la Constitución del Estado y la nueva Ley Electoral, fueron aprobadas el 8 de julio del 2014, el último día de prórroga que concedió el Instituto Nacional Electoral (INE) para la reforma político-electoral.

Aunque la Legislatura tendrá que comunicarnos el acuerdo de dar por atendida nuestra solicitud, en “el aire” quedará la explicación de por qué no fue incluida con los demás expedientes promovidos por diferentes agrupaciones, en la propuesta para aprobar la cuota del 50-50 en las candidaturas para integrar el Congreso y los 51 Ayuntamientos del Estado.

Lo importante es que tras 61 años de lucha de las mujeres por el derecho de votar y ser votadas, por fin se alcanzó la paridad electoral. Ahora, las puertas de la equidad de género estarán abiertas de par en par y el avance de una mayoría del 57 por ciento de mujeres seleccionadas como consejeras electorales para juzgar la legalidad de las elecciones en 18 Estados.

Las mujeres estamos listas para superar la prueba en las elecciones del domingo 5 de junio del 2105, compitiendo en condiciones de igualdad política con los hombres para tener acceso a los cargos de elección popular, pues para lograr la igualdad sustantiva en lo económico, social y cultural todavía falta mucho por avanzar.