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1731 15 Diciembre 2014

 

 

Las Lichis que dan moras
Ernesto Hernández Norzagaray

 

Mazatlán.- El encuentro de políticos y empresarios en el rancho Las Lichis, ¿es un mensaje que ellos dan al país?; lo pregunto porque así lo cabeceo en afirmativo El Debate, a través del columnista Fernando Zepeda.

Éste informa más que el contenido de la convocatoria de la “familia Salido Artola”, quiénes estuvieron y quiénes faltaron en ese conclave donde se encuentran varios de “los más poderosos de Sinaloa” (Palestra, dixit).

Entonces, el sentido de esa convocatoria selecta, en lógica formal sería la preocupación que tiene esta familia político empresarial sobre la situación que vive el país después de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y el escándalo del presunto tráfico de influencias llamado elegantemente la Casa Blanca. Es decir, la triada problemática, Presidente y esposa, empresa Higa y Televisa.

Pero, más allá de si está familia es capaz de convocar a las fuerzas vivas del Estado o si ésta es una convocatoria interpósita del gobernador, lo cierto es que el cónclave no hubiera sido lo que fue de no estar presidida por Malova que, quiérase o no, las circunstancias lo ponen como un factor estratégico en el proceso sucesorio. El llevó la voz cantante y el resto hasta donde sabemos asintió o se reservó sus opiniones.

Sondeo
Vamos, fue un sondeo de este grupo que está gobernado el estado y quiere seguir haciéndolo en los siguientes años. Más allá, de colores partidarios o intereses económicos bastan los de grupo. Incluso, por encima de las preferencias del Presidente Peña Nieto, quien si las cosas siguen como van, lo último que le interesará será influir sobre quién será el candidato del PRI en Sinaloa. Y es cuando ese espacio busca llenarlo el gobernador.  

Y es que en realidad, el espaldarazo, antes de ser para el presidente y su gobierno, es para él y sus proyectos de mediano y largo plazo. Mire si no: la reunión coincide con la iniciativa del gobernador de brindarle apoyo de todas las fuerzas vivas del estado, que no lo son todas por el deslinde del PRD, PT y MC, como también el rechazo que existe en las filas del PAN y el PRD que alegan que los firmantes lo hacen a título personal.

¿A quién sirve?
Sin embargo, la pregunta que asalta es si este pronunciamiento le sirve al Presidente o le sirve al gobernador, y de paso a los pretensos que aspiran llegar a una nominación federal en el 2015.

Lo primero, sospecho, es absolutamente irrelevante. Corresponde a una práctica ya en desuso desde los ya lejanos años ochenta, cuando el Presidente ante dificultades políticas, sociales y económicas, era arropado inmediata e incondicionalmente por las llamadas fuerzas vivas regionales y los sectores del partido, con sus discursos y desplegados a plana completa, llamando a la “unidad nacional”, defendiendo al Presidente de los “enemigos del gobierno”, y ese resorte casi siempre desactivaba conflictos o ponía en serios predicamentos a quienes amenazaban la figura presidencial.

La unidad del poder atemorizaba al más valiente, so riesgo del castigo. Si no, hay que preguntar por los cientos de muertos perredistas durante el salinismo, con cargo la mayoría de ellos a los poderes fácticos y regionales.

Hoy, siento, que estas manifestaciones de incondicionalidad del gobernador y legisladores locales, única en Sinaloa, incomodan al mismo Presidente, por su falta de efectividad ante las acciones de una sociedad irritada que está reclamando cambios políticos de fondo.

Simplemente, preguntemos entre quienes leemos prensa nacional: ¿Cuántas manifestaciones de este tipo hemos visto en los últimos meses o años? Además, ¿qué efecto se espera lograr en la escena nacional cuando el debate público supera a cualquier estado e incluso al Distrito Federal, que es el epicentro de las protestas? ¿Qué lugar ocupa en él nuestro gobernador?

Apoyo inocuo
Estos apoyos entonces son inocuos, cuando existe un gobierno federal, que busca desesperado conectar con esas franjas de la sociedad que han logrado una extraordinaria interlocución interna y en los medios de comunicación internacional. Que han puesto en duda la propia legitimidad del Presidente.
Bien lo dice Adrián López, director de Noroeste, en su penúltima colaboración en Sinembargo.mx: Los políticos y empresarios no  entienden y por eso yerran en su propósito (a menos que este sea otro).

En este momento no sirve la lógica de hoy te apoyo, mañana me apoyas a mí. Pero, tampoco son tontos, saben que los hechos de Iguala y los 43 desaparecidos tendrán distraído al Presidente los próximos meses y en política no hay vacíos (Reyes Heroles, dixit) de ahí el protagonismo del Malova y Vargas Landeros. 

La estrategia además es otra después de la violencia del pasado 20 de noviembre, ya no se trata de mano dura. Lo dice claramente Aurelio Nuño, quien es jefe de Gabinete de Peña Nieto, en la entrevista que ofreció al diario El País el domingo 7 de diciembre: “nuestra intención no es castigar a nadie ni ir en contra de nadie. No haremos pagar a nadie la salida de la crisis ni vamos hacer populismo económico. No habrá represión” (ojo, con el plural, que contradice el artículo 80 constitucional que señala el carácter personalísimo del poder presidencial).  

Más todavía: “Acelerar y perseverar en las reformas y pedir un poco más de paciencia a la población con la promesa de que no se recurrirá a resabios autoritarios del pasado”.

Si ese no es el propósito, entonces: ¿qué sentido tiene que uno de los 32 ejecutivos y legislativos estatales se pronuncien en apoyo al gobernador? Exhiban sus propias carencias como sucede en Sinaloa, cuando el pasado lunes se exhibe en la prensa nacional el tema de la fosa encontrada por familiares en La Choya, municipio de El Fuerte y los restos que han sido enterrados en una fosa común de Los Mochis, como lo documentó la prensa regional.

Es patente el asunto de las desapariciones forzadas y el tráfico de influencias, ahí están los miles de desaparecidos que no son buscados y el tema irresuelto de los hospitales generales de Culiacán y Mazatlán, que exigen una mayor transparencia en unas obras que comprometen casi 14 mil millones de pesos y comprometería las finanzas públicas los próximos 25 años.

Hay quienes afirman que lo que realmente busca Malova no es brindar apoyo al Presidente, sino pavimentar su salida dentro de dos años y es muy probable que así sea, la política está construida con favores y complicidades, y esto no es la excepción y lo mismo vale para todos aquellos que hicieron acto de presencia en Las Lichis, como para quienes buscan promociones políticas y la continuación de un negocio llamado Sinaloa.

Ausentes
Sólo, por último, llama la atención la ausencia de Heriberto Galindo, quien según dicen se excusó por un viaje a Panamá, siendo uno de los alfiles del Presidente, quien no deja de picar piedra con su asociación: “Para Mover y Transformar a Sinaloa”, buscando recuperar la visibilidad perdida en los años de su ausencia de la vida pública sinaloense. Pero, lo cierto, es que hay recelos entre el grupo gobernante y los del primer círculo de Peña Nieto, quienes tienen su propio espacio de movimiento.

Igual, llama la atención la ausencia de Juan S. Millán, quien realiza sus propias reuniones buscando influir en la sucesión de 2016; alguna distancia debe tener con el gobernador, pero lo cierto es que de todos es el que ha estado más movido desde que Peña Nieto vino a mover las lichis que buscan dar moras, como los políticos, que ya no saben si son rojos, azules o amarillos.

 

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