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1752 13 Enero 2015

 

 

Manifiesto por los Árboles
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- En la lucha por un área verde de la Gran Plaza, bajo la custodia del Poder Legislativo desde hace 25 años, los grupos ambientalistas están determinados a no permitir que la economía venza a la ecología. La advertencia de los activistas es firme y contundente: no permitirán bajo ninguna circunstancia que el espacio arbolado sea desmontado para construir un estacionamiento para el uso de diputados y diputadas.

Su determinación los llevó a tomar el terreno (esquina de Escobedo y Matamoros), donde permanecen acampados desde la semana pasada, venciendo las inclemencias invernales y promoviendo ante la comunidad que el área verde se transforme en parque ecológico para beneficio de todos y no en estacionamiento para beneficio de unos cuantos.

Su lucha ha tenido gran repercusión a través de la prensa local y de las redes sociales, logrando el rechazo de la población a la pretensión de la actual Legislatura de construir un edificio de dos pisos de oficinas y 68 cajones de estacionamiento, con un costo de ¡55 millones de pesos!

La ciudadanía ha dicho no a los legisladores que buscan privilegiar el automóvil y la contaminación ambiental, cuestionándoles que ya cuentan con un estacionamiento subterráneo en la Gran Plaza, construido y proyectado prácticamente para toda la vida útil del actual Palacio Legislativo.

Reconocemos y respaldamos el valor civil de las nuevas generaciones de ambientalistas, para bloquear el arranque de las obras y para hacer entender a los diputados coordinadores de los grupos mayoritarios que no se mandan solos, que son servidores electos por el voto ciudadano y que su mandato popular los obliga a mandar obedeciendo; es decir, que deben servir al pueblo y están sujetos a lo que la ciudadanía les ordene.

Cabe referir, que en el 2008, cuando por primera vez se hizo pública la intención del Congreso del Estado para convertir el área verde en una torre de estacionamiento, los grupos ambientalistas encabezados por la agrupación Reforestación Extrema hicieron las gestiones necesarias para que el proyecto fuera desechado por la LXXI Legislatura y así sucedió.

Dos años después, durante la LXXII Legislatura, otra vez se detuvo el proyecto y gracias al esfuerzo de los diputados Homar Almaguer Salazar, presidente de la Comisión de Desarrollo Sustentable y de Juan Carlos Holguín, presidente de la Comisión de Medio Ambiente, se promulgó la Ley para la Conservación y Protección del Arbolado Urbano del Estado.

En reconocimiento de dicho logro legislativo, se plantó un árbol en el jardín del Congreso, como prueba de que la protección del medio ambiente es una responsabilidad compartida con la sociedad civil y se develó una placa con el Manifiesto por los Árboles, que enseguida transcribimos…

“Como ciudadano de Nuevo León, mexicano y habitante de la Tierra me comprometo ante mi comunidad con estas acciones:

1.- Plantaré un árbol al año, al menos, durante toda mi vida y seré su fiel custodio y con ello representaré el orgullo que siento por mi familia, mi ciudad y mi país.
2.- Aprenderé lo necesario sobre su plantado, cuidado y mantenimiento para garantizarles una vida plena y saludable.
3.- Plantaré especies nativas y adecuadas para mi comunidad.
4.- Conoceré sobre los beneficios que le dan a mi ciudad y al planeta.
5.- Valolaré su presencia y me preguntaré sobre su ausencia, porque mi visión deberá ser más amplia que mi breve lapso en la vida.
6.- Defenderé y honraré su dignidad y los protegeré del maltrato.
7.- Como ciudadano detendré su destrucción, la denunciaré y exigiré a las autoridades que los cuiden y protejan.
8.- Como autoridad haré cumplir las leyes y reglamentos que garantizan su protección y legislaré por las que hagan falta.
9.- Procuraré que otros imiten mi conducta y compartiré mi conocimiento.
10.- Todos los árboles nos pertenecen a todos. Son el nexo que nos conectan con la vida, el planeta y la comunidad.”

Con tales antecedentes, la actual LXXIII Legislatura está siendo señalada de cometer un acto de traición, al desconocer olímpicamente su compromiso institucional de defender la foresta urbana y las áreas verdes, así como por incumplir el Manifiesto por los Árboles.

 

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