Lo que se juega en Hidalgo el 2015
Pablo Vargas González

Pachuca.- En el estado de Hidalgo, aunque no habrá elecciones concurrentes junto a los comicios federales para renovar la cámara de diputados, en este 2015 se producirá una efervescencia que ya está en curso.

Ello por la recomposición de fuerzas entre los grupos políticos, no sólo de ganar las postulaciones en sus respectivos partidos y frentes, sino que esto será la antesala para una disputa mayor por la nominación a la gubernatura que será en 2016.

Por eso este año en Hidalgo es eminentemente político y electoral, sobre todo para fuerzas y élites políticas. No obstante, también en la coyuntura está pesando el contexto nacional, en que no se puede vivir en una burbuja electoral y pensar que no pasa nada, o que solo se circunscribe a “un municipio”. La demanda de justicia por los crímenes de Ayotzinapa, a los que se suman cuestiones de opacidad en altos funcionarios, y el estancamiento económico conduce a un desencanto y a un pesimismo sobre la participación electoral.

La puesta en marcha de la reforma política federal estará impactando fuertemente no solo en los preparativos de la elección del 7 de junio próximo, sino también en el nivel local puesto que por primera vez en la historia de la entidad se establecerán mecanismos que podrían restructurar de manera significativa los organismos electorales (Instituto Electoral de Hidalgo) y ya han hecho que el Congreso Local incluya figuras no contempladas en las leyes locales.

En diciembre de 2014, en pleno brindis, posadas y reparto de aguinaldos los partidos en el Congreso local aprobaron un Código Electoral que hasta hoy se desconocen sus alcances; solo se sabe lo que la prensa publicó de los boletines de la Diputación local. Y en lo que será la nueva normatividad local no se encuentran los procesos de participación ciudadana: la consulta popular, el referéndum y el plebiscito.

La primera etapa ya se encuentra en proceso, la lucha por la nominación de las candidaturas a siete distritos federales. Los principales grupos de influencia, tratarán de ubicar sus activos ganando espacios políticos pensando en el corto plazo, para las elecciones locales. Y en hidalgo lo atractivo, dada el descenso de popularidad del conjunto de partidos, seguirá siendo lo que ocurre en las filas del partido gobernante.

Aun cuando César Camacho anunció que las postulaciones del PRI serán de personas “impecables” con prestigio, honorabilidad y vinculados a la sociedad, en Hidalgo desde diciembre pasado la prensa filtró una lista de candidaturas asociadas al gobierno local, con lo cual el gobernador se adelantaba a los grupos políticos, principalmente los externos, de Miguel Ángel Osorio Chong (Secretario de Gobernación) y Jesús Murillo Karam (Jefe de la PGR).

Solo en unos cuantos días de enero, ya se estaban movilizando las fuerzas vivas en el PRI para posicionar a sus candidatos, y no dejaron de presentarse la guerra y prácticas desleales. Sin embargo, la convocatoria interna dejó fríos a las decenas de suspirantes ya que en cuatro de siete distritos se convocarían “Convenciones” de delegados, otro más se dejaría a la coalición con el PVEM y dos quedarían pendientes de elegir. Como era de esperarse, en las Convenciones solo se presentaron los precandidatos previamente anunciados.

Algunas candidaturas se canalizarán en otros partidos de oposición. El PAN y el PRD pasan por situaciones críticas en el nivel interno. Las candidaturas independientes no fueron atractivo porque requieren recursos y tiempo. La expectativa la crean los nuevos partidos que se suman a la lisa. A pesar de un nuevo marco electoral y de contar con diez partidos políticos, hoy el reto principal es convencer y convocar al electorado, cansado y harto de ofertas, candidaturas y campañas mediocres.

Ante las diversas manifestaciones de cambio en los últimos meses, el desafío que se presenta es conocer qué tanto, con esta elección, la clase política sigue desfasada y alejada de la sociedad y la ciudadanía.