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1800 20 Marzo 2015

 

 

MALDITOS HIPSTERS
La responsabilidad en las ferias de libro
Luis Valdez

 

Monterrey.- Hasta ahora veo dos maneras de hacer una feria de libro: desde un presupuesto institucional donde se pueden hacer maravillas, o de la idea de gasto y búsqueda de recuperación. Las dos son válidas, y las dos tienen sus diferencias extremas entre lo cultural y lo comercial.

En algunas ferias de libro, como en la FILA de Saltillo, Arteaga llegan personalidades del nivel de un Mario Bellatin para impartir gratis un taller de novela, y Guillermo Samperio para impartir (también gratis) uno de cuento. También están las de Monterrey. Impresionantes por su cartel y su cantidad de stands. Claro que la organizada por el ITESM hace mucho ruido con César Lozano y Jorge Bucay. Santillana y Océano, como casas editoras pagan sus rentas de stand vendiendo bestsellers motivacionales, pero también alzándose el cuello con novelas de calidad (cada vez las menos, pero aquellos que defienden el comercio gritarán que también lo comercial tiene calidad).

Para empezar todos sabemos que Cintermex no suelta el espacio de a gratis. Si los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Monterrey saben eso, pues ya es ganancia que no cobre la entrada. ¿Quién tolerará en esta ciudad tener que pagar la entrada a una feria de libro como en Guadalajara y Minería? El ITESM sabe que implica costos y juega con estas reglas ante expositores que cada año las sufren con regios que van a comprar cacahuates y quesos de Oaxaca pero NO libros. Llevan a sus niños a los talleres infantiles pero NO COMPRAN LIBROS. Pasean en los stands de juguetes y curiosean un poco pero NO TIENEN LA MÍNIMA INTENCION DE COMPRAR LIBROS.

A los autores locales tampoco les cobran por ver siempre la manera de acaparar los foros, y querer (creer) hacerse de fama y dinero porque viven con la ilusión de que una feria de libro privada hecha con dinero de la iniciativa privada los salvará del anonimato. No es así. Se les permite un espacio con tan buena voluntad en la FILMTY como en la UANLEER, siempre y cuando respete la agenda de eventos. Se nos comparte la idea (parcial) de que las ferias de libro también son nuestras y tenemos la oportunidad de participar en ellas. Esto sin pensar si habrá libros de saldo o si los expositores traerán alguna promoción.

Monterrey no es una plaza de clientes que atiborran sus ferias de libro para comprar libros. Debemos aprender a marcar la diferencia entre un domingo de paseo y un domingo de Feria de Libro. Y esto es tarea no sólo de los organizadores, los medios, los escritores, los editores, los expositores y los promotores de la lectura. También es tarea de los mismos padres de familia. De que busquen y compren libros no sólo para sus hijos, sino también para ellos mismos. Porque la formación de hijos lectores es responsabilidad de los padres (no de los maestros), pero también que los mismos padres se hagan responsables del ejemplo.

 

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