¡El PT vive… la lucha sigue!
Lupita Rodríguez Martínez
Monterrey.- Por su contenido y sus señalamientos, me permito compartir el artículo del analista y catedrático zacatecano, Filomeno Pinedo Rojas.
“El calvario jurídico al que ha sido sometido el Partido del Trabajo luego que el INE (Instituto Nacional Electoral) le robó 65 mil votos en la sesión de cómputo final, aún no termina.
El caso será llevado, necesariamente, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al haber encontrado una rotunda negativa, en las instancias nacionales, para rescatar todos los votos que la voluntad ciudadana depositó en su favor en la pasada elección del 7 de Junio.
El inédito proceso electoral incluyó, recientemente, la asignación de los diputados de representación proporcional por parte del INE, dejando fuera al PT, con lo que la lógica indicaría que junto con el Partido Humanista perdió el registro y el derecho a recibir espacios en la Cámara de Diputados por la vía plurinominal. Irónicamente, el INE aún no determina si se le cancela o no el registro, cuestión que sigue pendiente para fecha posterior.
Lo real es que para el Estado Mexicano, el PT se puso en la mira hace años, cuando le brindó todo su apoyo (y todo es todo) a Andrés Manuel López Obrador para que formara su movimiento de regeneración nacional, cuando nadie lo quiso apoyar. Pero, el paso definitivo, fue su rechazo a las reformas educativa, fiscal, hacendaria, energética y de telecomunicaciones, por considerar que con ellas se castiga duramente al pueblo de México.
Así, la decisión del poder que domina en este país, fue eliminar al incómodo PT, impidiendo que conservara el registro para no tener voces que denunciaran la actuación antimexicana del régimen. Y de inmediato, aún sin concluir el proceso, el INE designó interventores para apropiarse de las cuentas, bienes muebles e inmuebles y todo patrimonio del Partido, todo sin que a la fecha se le haya entregado declaratoria de pérdida del registro.
El plan era impedir que el PT lograra los votos suficientes para obtener el 3 por ciento que establece la Ley Electoral. Sin embargo, el Partido recibió más apoyo de lo esperado y el INE no encontraba la forma de eliminarlo. Así es como procedió, abierta e ilegalmente, a restarle votos por miles el día del cómputo. Tuvo para ello que apagar su sistema de cómputo para modificar las cifras, un hecho conocido como “caída del sistema” al que se ha recurrido en este país muchas veces, cuando se quiere impedir que un partido reciba todos los votos que los ciudadanos depositan en su favor.
Así es como hicieron perder en 1988 a Cuauhtémoc Cárdenas, y en el 2006, con una medida similar de resta de votos se hizo ganar a Felipe Calderón, como lo casos más nombrados. Ahora le aplicaron el mismo método al Partido del Trabajo.
El PT inicia el largo y complejo proceso jurídico en el que todos los fallos principales han sido en su contra. Y sobre los 65 mil votos desaparecidos, la demanda ni siquiera les mereció una investigación. Estaba claro, la decisión se había tomado y el Partido debería perder su registro y el derecho a diputados plurinominales… a como diera lugar.
Con todo lo anterior, el Estado Mexicano y el INE como su aparato de control de los partidos políticos quizá esperaron ver el desánimo de la militancia petista, su emigración a otros institutos políticos o, cuando menos, que se fueran a sus casas calladamente, lo que no ha ocurrido.
Luego de cuatro jornadas de movilizaciones en las ciudades capitales, de denuncia y exigencia de justicia electoral, el PT convocó a su militancia a una manifestación en la capital del país para el jueves 27 de agosto. Sin recursos, con sus propios medios, de todos los estados acudieron en caravana que en algunos casos duró dos días. Se congregaron en la columna del Ángel de la Independencia, para marchar por el Paseo de La Reforma y realizar un mitin en el Hemiciclo a Juárez. Tres lugares emblemáticos de la lucha del pueblo de México por la independencia y la soberanía nacional.
Unos 15 mil militantes o tal vez más, marcharon por la más amplia avenida de México, formando una larga columna, al grado que cuando terminaban los oradores arribaba el último contingente, para sorpresa de los consejeros (¿o debo decir verdugos?) del INE y del régimen peñanietista. De este modo se hacía real aquella frase atribuida al español José Zorrilla, autor de Don Juan Tenorio: “Los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud”, y se repetía una y muchas veces en coro “¡El PT vive, la lucha sigue…!”
