Autogestión ciudadana en seguridad pública
Eloy Garza González

San Pedro Garza García.- Los noticieros de televisión han perdido la partida. Ya se utiliza Facebook y Twitter como fuente de información privilegiada.

Las redes sociales son el equivalente al ágora o al centro comunitario, y pronto serán la zona pública por antonomasia, donde nos enteremos de los accidentes, incidentes y hechos sociales relevantes, en tiempo real y sin censura.   

¿Pero por qué no emulan estas prácticas de inteligencia colectiva los cuerpos de seguridad pública del Área Metropolitana de Monterrey? Problemas viales, delitos detectados en tiempo real, "sexting", serían mucho mas simples de difundir si la policía tuviera presencia en redes sociales y abriera canales de comunicación permanente con los usuarios de la web.

Corporaciones policiacas de otros países han diseñado exitosas estrategias en línea con los ciudadanos. Los españoles tienen redes sociales como Tuenti, que cuenta ya con más de 20 millones de usuarios y con servicios gratuitos de chat y videochat.

Los catalanes popularizaron este tipo de sitios de autogestión ciudadana. Usan sencillos mecanismos de reporte y denuncia por parte de usuarios sobre posibles conductas delictivas. Cualquier padre de familia español puede remitirse con su smartphone en cuestión de segundos a la Policía Nacional y a la Guardia Civil para denunciar robos a casa habitación, asalto a mano armada, pero también acoso escolar o bullying.

Se capacitan agentes como community managers que notifican por Twitter su actuación en circunstancias de emergencia y son receptivos y sensibles a la conversación ciudadana. Por supuesto, han aprendido a guardar mesura ante la irresponsabilidad, frivolidad o malicia intencional de ciertos emisores de mensajes (los famosos trolls).

¿Podría aplicarse algo similar en Nuevo León? No: la inversión para poner en marcha este tipo de programas es tan baja, tan mínima, que no sería atractiva para nuestras autoridades, siempre ansiosas de buscar los grandes y jugosos negocios que les quede para el moche. Lo que no se "licita" o no es "asignación directa", no atrae la atención de las autoridades públicas.

El problema no es sólo la falta de adaptación gubernamental a los nuevos entornos ciudadanos. El problema grave es que tanta corrupción evita caer en la cuenta de que la multitud on line es el nuevo vigilante de los espacios públicos. Y que la burocracia terminará por asfixiar cualquier intento de autogestión ciudadana.