Defensa del Museo de Guadalupe
Guillermo Berrones

Monterrey.- Muy pronto tomará posesión el alcalde electo de Ciudad Guadalupe y ya ha desatado una polémica en relación a una supuesta decisión que piensa tomar: ocupar las instalaciones del Museo municipal...

...bajo el argumento de que es un espacio que ni siquiera es visitado y a la administración le urgen espacios para atender a la ciudadanía.

Criterio interesante
Evidentemente hay una asesoría inadecuada o una percepción obtusa del concepto de cultura en el futuro señor alcalde. Me inclino por lo primero, ya que el licenciado Cienfuegos tiene en su formación una Maestría en España y seguramente entiende y sabe de la importancia de la preservación y difusión de la cultura del municipio que en breve administrará. Un pueblo sin memoria es un pueblo condenado a la inercia de la rutina y en consecuencia al olvido y a la pérdida de su identidad. Y en ese mismo olvido histórico se hundiría su trabajo como alcalde cuando concluya su gestión, si es que decide cumplir su propósito.

Todas las expresiones culturales deben resguardarse y difundirse. Y Guadalupe es una ciudad simbólica importante en la historia de nuestro estado. ¿Por qué restar los pocos espacios culturales en lugar de organizar un programa de difusión para que los vecinos de Guadalupe y del resto del estado, inclusive de otras partes del país, conozcan la identidad de los guadalupenses a través de su museo? No creo que el licenciado Cienfuegos haya aprendido a despreciar la cultura en sus clases de administración pública en la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid. Y estoy seguro que si algo valoran en la facultad de Derecho de la UDEM, es un profundo respeto a la historia y a los valores culturales de nuestra sociedad.

Ojalá medie la prudencia, la reflexión, el sentido común y la inteligencia en nuestro flamante e inminente alcalde; que el Museo de nuestra ciudad se conserve y se enriquezca; que la Casa de la Cultura sea tal y difunda, promueva y se haga notar como un proyecto fundamental de su gestión y no como una decisión eclipsante, arbitraria y poco inteligente.

Los cronistas, historiadores, intelectuales, promotores culturales y principalmente los ciudadanos de Guadalupe estaremos atentos a la decisión final que se tome.