¿Candidatura independiente oficial?
Ernesto Hernandez Norzagaray
Mazatlán.- Se han hecho públicas las reuniones de políticos e intelectuales en la casa capitalina del panista Diego Fernández de Cevallos, con el objetivo de diseñar una candidatura presidencial independiente para 2018.
Y la primera lectura política es que sus promotores principales han estado ligados al salinismo y tienen como objetivo hacer contrapeso a López Obrador.
Coincide esta noticia con la iniciativa legislativa que presentó el diputado Manuel Clouthier para ampliar el espacio de las candidaturas independientes, y la hizo acompañado de algunas personalidades políticas e intelectuales a la par un pronunciamiento político donde destacan dos ex gobernadores sinaloenses: Francisco Labastida Ochoa y Juan S. Millán.
No dudo que entre este segmento heterogéneo haya quienes intenten influir por esta vía en la sucesión presidencial de 2018, pero de ahí afirmar que todos ellos están metidos en el mismo costal, puede resultar exagerado y más todavía en el supuesto que todo se hace por impedir que el voto ciudadano se oriente a favor de Lopez Obrador.
Estamos a poco menos de tres años de que ocurran las elecciones presidenciales y las candidaturas independientes es el tema sobre todo luego de la resolución de la Suprema Corte de Justicia, que resolvió sorprendentemente sobre la soberanía de los legislativos estatales para imponer mayores requisitos a estas candidaturas y aumentar de 2 al 3% las firmas de apoyo para quien así lo decida en un ámbito de competencia electoral.
Que dicho de paso, es muchísimo más del 0.26% que se establece para constituir un partido político.
Juego de suma cero
Recordemos que la política es tiempo y circunstancia. Los políticos entonces se mueven en realidades cambiantes y se posicionan ante lo que viene, que por lo demás no necesariamente es definitivo, los que firman el pronunciamiento a favor de las candidaturas perfectamente pueden mañana estar en las antípodas cuestionándolas.
Aunque, claro, la aparición de este tipo de candidaturas donde sean creíbles y competitivas tendrá sus efectos contundentes en el sistema de partidos, como sucedió en Nuevo León, y en ese escenario de fracciones se impone el juego de suma cero, es decir, lo que pierde uno lo gana otro.
Y ahí sí, a los partidos y sus candidatos, va pegar independientemente de que sean oficiales o no, para nadie es desconocido que el sistema de partidos esta en descrédito y existe un electorado poco leal, podríamos decir que emotivo y cuestionador, luego entonces podría ser susceptible de apoyar a un outsider político.
Vamos a ver: ¿acaso no sucedió en Nuevo León, donde el electorado se desplazó desde el sistema de partidos hacia la candidatura de El Bronco? Claro, y de qué manera, con casi 50% de la votación emitida; o en el quinto distrito electoral de Sinaloa, donde Manuel Clouthier dejó muy atrás al candidato priista.
Esa es la realidad que ya está aquí, en las próximas elecciones, con las candidaturas independientes veremos desplazamientos y activación de abstencionistas hacia la oferta que se ofrezca desde fuera del sistema de partidos, y eso pegara a todos los partidos en mayor o menor grado.
Sin embargo, esto no significa que los independientes que logren cubrir los requisitos vayan a ganar, lo único seguro es que la plataforma de 3% es un buen punto de partida, pues podría ocurrir lo del Partido Sinaloense, donde sus cuatro “candidatos independientes” no lograron siquiera refrendar sus firmas de apoyo.
Así que esa experiencia no hay que echarla en saco roto, sino es útil para saber lo que se puede hacer en el momento de postular o postularse como candidato independiente. Las elecciones ya dejaron de ser plebiscitarias y en la mayoría de ellas hay incertidumbre sobre el resultado.
Entonces, la estrategia de los partidos debe ser desde su representación y sus gobiernos favoreciendo intereses, buenas políticas públicas y postulando candidatos confiables pero eso frecuentemente está lejos de ocurrir por el pragmatismo y la corrupción que envuelve la política mexicana.
López Obrador
Ergo, ¿la o las candidaturas independientes pegarán a Lopez Obrador?; sin duda, pero también a cualquiera de las candidaturas presidenciales. El tabasqueño ha recogido el voto de izquierda y también una franja del descontento de una franja importante de desencantados del PRI y el PAN, pero también habrá de pegar a Beltrones, o cualquiera que sea el candidato presidencial panista.
La pregunta es cómo quedaría el resultado en condiciones de coaliciones partidarias, candidaturas independientes y partidarias, la fragmentación favorecerá a los partidos que tengan más voto duro o la candidatura independiente que logre atraer más votos, y sin duda influirá la compra y coacción de votantes que no se ha ido de nuestras rutinas electorales.
Entonces, el escenario no es nada sencillo; sin duda, las estrategias están en marcha como antes lo fueron y López Obrador no se encuentra fuera de esa lógica, hace política territorial y de masas todos los días, y los otros también a su manera y con su calendario.
En definitiva, el momento político que estamos viviendo, no podemos leerlo con la misma lente de los procesos convencionales sino hacer un esfuerzo para comprender las nuevas dinámicas y los posibles aliados que aparezcan en los distintos ámbitos.
Porque una cosa es clara, sea cualquiera de los partidos ninguno hoy puede afirmar que solo vaya a ganar la elección presidencial, los resultados de los comicios del pasado junio son una referencia que es necesario leerla en clave de fragmentación y eso obligara a todos a establecer alianzas. Incluidos, claro, los propios independientes.
Es la novedad de la nueva coyuntura y aquí va un apunte rápido: si las pasadas elecciones federales propiciaron una gran fragmentación con las candidaturas independientes, ¿no se incrementará, haciendo necesario un gobierno de coalición?
Lo dejo para la reflexión.
La otra noticia es que en este cónclave se habló de Manuel Clouthier y lo están viendo como candidato independiente para el próximo año en Sinaloa.
Nada más que Clouthier seguramente está viendo Los Pinos, no el tercer piso de Culiacán.
Son esos los matices que componen o descomponen este tipo de iniciativas, interesadas sin duda.
O sea, no hay nada definitivo, apenas se empiezan a calentar los motores.
