La hora de la verdad
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- La “cabeza” principal de El Norte le provocaría un infarto al hombre-lobo. La deuda pública de Nuevo León asciende, por el momento, a cien mil millones de pesos, informó el gobernador Rodríguez Calderón.

La cifra rebasa, con muchos miles de millones, la cantidad –ya de por sí muy alta, como para acalambrarnos– que se estuvo manejando durante el desgobierno de los Medina. ¿Vamos a repetir, en tono de resignación, aquella famosa frase de José López Portillo: “Ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”?

Pienso que RC tiene una oportunidad histórica que, si la aprovecha, le permitirá matar varios pájaros de un solo tiro. No estoy a favor de que se desate una cacería de brujas, pero definitivamente sí invito a Rodríguez Calderón a procurar que se haga justicia. Los Medina hundieron a Nuevo León en este desastre económico y financiero. En consecuencia, deben pagar la factura por ese bebedizo envenenado de corrupción, ineficacia y dispendio que nos puso al borde de la muerte.

No olvido, claro está, a los cómplices de la familia campesina. Ellos compartieron el botín. Políticamente, el flamante gobernante llevaría todas las de ganar si inicia, al grito de ya, acciones penales contra los Medina y sus fautores. Los nuevoleoneses estamos muy encabronados por la devastación que dejaron a su paso los Medina.

Quizás no será posible encerrarlos en alguno de nuestros ejemplares penales –el general Alfredo Flores, dixit–, que es donde deberían estar, pero como sea se pueden lograr algunos resultados: prisión domiciliaria con brazaletes electrónicos; recuperación, así sea parcial, de algunos de los bienes que eran parte de nuestro patrimonio; congelar sus cuentas bancaria; animar a las autoridades de Texas a que aseguren las propiedades que tienen allá el ex gobernador Humberto Medina Ainslie y sus hijos.

No es el caso del ingeniero agrónomo, desde luego, pero recordamos que Salinas de Gortari y Peña Nieto alcanzaron un buen puntaje al arrojar a las mazmorras a La Quina y a Elba Esther Gordillo. RC tiene el apoyo y goza de la confianza de, más o menos, el ochenta por ciento de la población. Pero es importante, para la salud de su administración, que empiece a castigar a los ladrones y con ello a  cumplir la que es quizá la más importante de sus promesas.

Los pobladores del Nuevo Reino tenemos hambre y sed de justicia. Y esperamos que Rodríguez Calderón entienda que ya llegó la hora de la verdad.   

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