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1962 3 Noviembre 2015

 

 

MUROS Y PUENTES
El asunto pendiente
Raúl Caballero García

 

Dallas.- En los días recientes se dieron importantes reacomodos en el ámbito político de los Estados Unidos. En lo que respecta a los candidatos a la nominación presidencial republicana, éstos han experimentado mucho movimiento.

Avanzan y retroceden tras sus enfrentamientos y golpes bajos y no dejan de hacer de sus carreras en campaña un revoltijo que no denota liderazgo, madera para la Presidencia.

Por otra parte, destaca por su importancia el relevo del vocero en la Cámara de Representantes: John Boehner le pasó la estafeta a Paul Ryan, luego de que su nominación fuese aprobada en votación, convirtiéndose en el nuevo presidente de esa cámara.

Ryan (a quien se señala como un “cachorro” del Tea Party), es pues el nuevo speaker: la voz principal de la oposición republicana frente al gobierno de Barack Obama. La nota recorrió las primeras planas, Ryan -tras imponerse a Nancy Pelosi- ocupa el tercer cargo en la línea de sucesión presidencial; del joven político republicano (tiene 46 años), también se dice que abre una nueva etapa en Washington... pero de entrada, más bien, abre la expectativa de una nueva etapa: es bien sabido: los representantes ultras son testarudos, huesos duros de roer.

La Cámara de Representantes ha estado en los últimos años dividida no sólo entre demócratas y republicanos, sino entre los mismos republicanos desde que el llamado Tea Party se erigió como poder de facto en el Partido Republicano.

“Fracturada” la llamó Ryan al reconocer, en su discurso de aceptación, que la Cámara de Representantes no avanza ni resuelve la problemática concerniente a los ciudadanos.

Ese es el reto elemental de Ryan, habrá de ser un eficiente mediador -antes que nada- entre los moderados de su propio partido y los ultra conservadores, en sus divisiones internas se ha estancado la tarea legislativa. A la par habrá de mediar entre ambos partidos. “Empezar de cero”, dijo; la pizarra está en blanco, “requerimos cambiar las cosas, empecemos con el modo de operar la Cámara”. Hmm.

Estas líneas, tras revisar puntualmente los despachos de las agencias de nolticias, las dejé inconclusas el pasado viernes 30 de octubre... sin embargo, este lunes 2 de noviembre, o sea apenas unos días en su nuevo puesto, Ryan ha comenzado a dar muestras de lo que será su gestión: Inicia halagando a los ultraconservadores que han mantenido “el muro del no” en la trinchera legislativa durante toda la gestión de Barack Obama.

Ryan comenzó descartando la reforma migratoria... “mientras Obama permanezca en la Casa Blanca”, enfatizó.

Sí, Ryan salió a decir la cantaleta republicana de los últimos dos años, que Obama hizo cambios en la política migratoria por encima del Congreso, aludiendo al alivio migratorio que el presidente otorgó a los Dreamers y a padres de éstos en sendos mandatos ejecutivos; Ryan echa la culpa al primer mandatario al que, dice, le perdieron la confianza para negociar nada en materia migratoria.

Y hay que apuntar, aunque sea de paso, que dichas órdenes ejecutivas fueron cuestionadas por los gobernadores republicanos mediante una demanda que cuestiona su legalidad, su constitucionalidad, pero su resolución duerme el sueño de los justos en una corte texana, sin que haya visos de resolución.

Y lo que no dice Ryan es que la iniciativa de reforma migratoria -aprobada en el Senado en 2013- está estancada porque los republicanos la tienen bloqueada desde entonces; dicho bloqueo es la base de las decisiones ejecutivas de Obama.

Así las cosas Ryan comienza con más de lo mismo: Tener contentos a los duros de su bancada pese a que él mismo tiene una postura favorable a la reforma migratoria (si bien ha venido flucuando en pro y en contra en su meteórica pero fructífera carrera). Ryan contradice su propio anuncio de enderezar la manera de tomar decisiones políticas en la Cámara y superar las luchas internas entre sus correligionarios, ahora todo eso suena a retórica gastada: demagogia. Una lástima.

Trascendió que antes de la votación en la Cámara, Ryan se reunió a puertas cerradas con los legisladores republicanos y se comprometió en que no someterá a votación ninguna iniciativa de reforma migratoria a menos que haya consenso entre la mayoría de los miembros de la mayoría republicana. Hoy queda claro que dicho consenso no se verá con Obama en la Presidencia, el ostensible consenso es el del mencionado muro del no, mantenido desde enero de 2009.

El representante demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, promotor en la Cámara de Representantes de una reforma migratoria, según una entrega de Notimex deploró, en el mismo día en que Ryan asumió su nuevo cargo, que éste haya hecho a un lado su posición sobre migración para atender la exigencia de cancelar cualquier posibilidad de cambiar las cosas en la materia mientras Obama sea presidente.

El tema de la reforma migratoria, entonces, sigue siendo uno de los grandes asuntos no resueltos en este país y, por lo visto, los republicanos de la extrema derecha lo dejan tal cual: Irresuelto. Por cuestiones políticas e ideológicas irresuelto, por razones ¿de raza?, irresuelto, por lo tanto seguirá siendo un asunto pendiente. Un asunto que ya forma parte de la agenda del próximo presidente. Un asunto que corregirá el próximo presidente... siempre y cuando sea demócrata.

* Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth Texas.
Para comentarios: Twitter: @laestrelladfw
E-Mail: rcaballero@diariolaestrella.com.

 

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