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1962 3 Noviembre 2015

 

 

Despertaron los censores
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- José Luis Rodríguez Muñiz subió a Facebook una crítica contra el gobierno y fue asesinado pocas horas después. La mordaza cibernética dejó de ser advertencia o amenaza y se ha convertido en sentencia de muerte.

Rodríguez Muñiz, de 31 años de edad, no era periodista. Vivió y fue “abatido” en Ciudad Juárez Chihuahua. Alrededor de las once de la noche del jueves 29 de octubre puso a circular en las redes sociales un texto en el que denunció como corruptos al alcalde Enrique Serrano y al gobernador César Duarte. A las diez de la mañana del viernes 30, el joven ya estaba muerto.

Al Sistema no le hacen gracia las críticas. El Estado controla a casi todos los editores de Prensa escrita y a la inmensa mayoría de los concesionarios de radio y TV. Pero los profesionales independientes aprovechamos los espacios libres –los hay– para difundir los crímenes de la clase gobernante. Y el segmento ciudadano de la sociedad trabaja en el internet para hacer, como Dios le da a entender, la misma faena.

Omar Fayad, senador –por el PRI– representante de Hidalgo, quiere acallar la protesta del mexicano de a pie. Dio a conocer una iniciativa de ley que convierte en delito la difusión en las redes tanto de la información como del comentario. El hidalguense quiere levantar un muro de medio metro para atajar al tsunami. Fayad sube al escenario la grotesca figura de la censura y, tras bastidores, el fascismo espera su momento.

Ya no podemos caracterizar al gobierno de Peña Nieto como autoritario: ahora está adquiriendo el perfil del fascismo. En cinco años han sido asesinados 150 periodistas mexicanos y nadie sabe, bien a bien, cuántos han desaparecido. La cifra se vuelve todavía más ominosa si sacamos el porcentaje de 150 víctimas en cinco años frente a un total de 700 en todo el  mundo durante los últimos diez años.

Vivimos en una “atmósfera bárbara”, escribe el maestro Víctor Flores Olea en La Jornada. El Congreso de la Unión no me despierta ninguna esperanza ni el mínimo optimismo. Hoy, el PAN rompe lanzas con Fayad, pero mañana o pasado los blanquiazules y los perredistas llegarán a un acuerdo con Peña Nieto. Hace rato que los censores dormían. Pero ya despertaron.

En el año 76 Luis Echeverría nos expulsó de Excélsior. Ciertamente, ahora vivimos en 2015 y parecía que algunas cosas estaban mejorando. Pero no: el Poder es fiel a sí mismo. Fayad ha provocado una tormenta de protestas. EPN no lee ni escucha nuestras impugnaciones. Pero le duele la reprobación del universo mediático del Primer Mundo y no puede controlar las notas y los editoriales que lo exhiben al desnudo.

La oligarquía, ahora al servicio de la globalización, convirtió a México en “un país para robar”, escribió el joven chihuahuense en su último mensaje.

El hecho de que la Ciudad Judicial de Chihuahua capital esté a media cuadra de la zona roja no es ironía ni tiene nada de simbólico. Es, simplemente, vecindad de afinidades.

hugo1857@outlook.com

 

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