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1964 5 Noviembre 2015

 

 

Una de cal, por una de mano militar
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- La sociedad se impuso al Estado. El senador Omar Fayad tuvo que retirar su iniciativa de ley cibermordaza. Esa es la buena. La mala: el Senado está afinando la Ley Reglamentaria del Artículo 29 de la Constitución, que da facultades al Presidente de la República para decretar el estado de sitio.

Fue magnífica la victoria que se anotaron los mexicanos sobre el ensayo de censura en las redes sociales. Es mil veces preferible que el periodista o ciudadano común abuse de la libertad de expresión y no que se acote ésta.

Nadie nos regaló el derecho de criticar al Poder. Costó mucha sangre y no poco sufrimiento. Vivimos el episodio surrealista de ver a López Mateos ordenar el encarcelamiento del periodista Filomeno Mata, nieto del hombre de Prensa del mismo nombre a quien Porfirio Díaz arrojó a prisión.

Docenas de reporteros, editorialistas, fotógrafos y cibernautas han sido asesinados por cometer el delito de divulgar su verdad. Celebramos este triunfo ciudadano.

Pero es muy preocupante la otra noticia. El mencionado Artículo 29 asienta que “en los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto”, el Presidente, luego de cumplir con un par de minucias legaloides que gestiona con un chasqueo de los dedos, podrá imponer el estado de sitio o decretar la suspensión de garantías. Queda, pues, a criterio del mandatario calificar si la “perturbación” es tan grave como para “justificar” la imposición de la ley marcial.

Peña Nieto ya está gobernando con los militares. El secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, no disimula el desprecio que siente hacia los civiles, las leyes y las instituciones. Obviamente, ni Peña Nieto ni el titular de la SedeNa han estudiado la Historia.

“Las bayonetas, Sire, sirven para todo, menos para sentarse en ellas”, dijo Talleyrand a Napoleón. 

Pie de página
Adrián de la Garza todavía no calienta la silla y ya sus muchachitos de azul andan con las travesuras de siempre. En pleno centro de Monterrey, Zaragoza con Juan Ignacio Ramón, los polizontes de la patrulla 915 ocuparon el espacio reservado para inválidos. Alfredo Heredia Lazarín, a quien su señora madre ayuda a desplazarse en la silla de ruedas, no pudo subir a la banqueta. La dama tomó fotos del carro, lo que enfureció a los gendarmes, quienes se arrojaron contra madre e hijo. Llegó un tránsito en la patrulla 81717 y, claro, se puso del lado de los agentes. Hubo insultos, amenazas, empujones hasta que la reacción de varios ciudadanos que estaban en el crucero obligó a los guardias a retirarse. De la Garza tendrá que definirse: ¿castigará a los policías y al tránsito o, por solidaridad gremial, dejará hacer, dejará pasar? 

hugo1857@outlook.com

 

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