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1964 5 Noviembre 2015

 

 

Instructivo contra metidas de pata
Eloy Garza González

 

Monterrey.- La mejor explicación sobre la falta de coordinación entre Poderes de la Unión (Ejecutivo y Legislativo, por ejemplo) la ofrece el experimento canadiense “Build a tower, build a team,” (construye una torre, construye un equipo).

Se trata de un experimento enfocado a revelar las tareas colaborativas en todo género de grupos, desde directivos de alto nivel hasta alumnos de primaria. En Toronto, Canadá es conocido como el reto “Marshmallow” y consiste en construir en menos de 20 minutos una estructura con spaghetti, cuerdas, cintas y “nubes” de golosina..

El experimento se enmarca en la psicología de grupos y opera sobre 70 equipos compactos de profesionistas, ingenieros, médicos y arquitectos, entre otros, a fin de evaluar cuál de ellos construirá la estructura más alta.

La mayoría de los equipos reclutados para el juego, ejercen su rol empeñados en jerarquizar funciones, planificar tareas, diseñar indicadores, etcétera, antes de acometer la verdadera misión con los spaghetti, las cuerdas y las cintas. ¿El resultado más común? La estructura se desmorona y el equipo pierde su tiempo al intentar levantarla de nuevo.

Los equipos peor evaluados por el reto “Marshmallow” son los ejecutivos de empresa y los políticos. Éstos últimos suelen hacer trampa; se desconcentran del objetivo principal para priorizar el lucimiento personal; imponen sus criterios arbitrarios o caprichosos a sus subordinados, no dedican al éxito de la misión lo mejor de sus pensamientos y generan esquemas de colaboración precarios. Frente a ellos, los equipos de alumnos de primaria sí construyen estructuras más altas. Incluso los de preescolar. Y lo mejor es que las estructuras de spaghetti y cuerdas no se les caen.

¿Por qué esta diferencia de logros? Porque los políticos son adiestrados por la pirámide del poder local a enfocarse a una sola solución; no son flexibles como la mente de los niños. El entorno de gobierno no propicia procesos naturales de colaboración: practican mejor el darwinismo político.

Y aquí viene la parte controvertida del reto “Marshmallow”: la distribución de atribuciones y funciones; de jerarquías y mecanismos de fiscalización y control no generan buenos resultados. En otras palabras, no sirven para levantar estructuras altas. En cambio, lo que arroja mejores resultados es la flexibilidad del grupo abierto, cierto grado de caos creativo, y la habilidad para adaptarse a entornos cambiantes.

En suma, lo que deberían hacer los funcionarios públicos es, como diría Iván Illich, facilitar procesos de colaboración libre y desescolarizarse. O sea, desaprender. Pero primero se gana uno la lotería dos veces antes de que un político cambie su forma de pensar.

 

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