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1972 17 Noviembre 2015

 

 

Narcotráfico y terrorismo
Eloy Garza González

 

Monterrey.- EUA tiene un grave problema logístico: no sabe la diferencia entre el combate al narcotráfico y las estrategias antiterroristas. Aunque ambos objetivos son muy distintos, nuestros vecinos del Norte los asumen como una sola entidad.

Para ellos es lo mismo un terrorista que un narcotraficante. Y por no saber diferenciarlas, están perdiendo las dos batallas.

A pesar de las medidas antiterroristas, los atentados en el mundo son más numerosos ahora que antes. Y con respeto a la droga, las cosas pintan peor: hay más cocaína y drogas duras ahora que antes. Las bandas de crimen organizado son mas complejas día tras día. Y se han convertido en un gobierno paralelo al formal. Un gobierno en la sombra.

El modelo militar entorpece la reacción rápida de los órganos de seguridad del Estado. La militarización de las acciones solo empeora las cosas. Desde hace más de veinte años, el modelo norteamericano de contrainsurgencia asoló varios países de Africa, Europa del Este y América Latina. El trasfondo de este modelo era la autodefensa: evitar ataques, establecer relaciones políticas con los actores más reaccionarios del país, y reprimir a las capas sociales que apoyaban a los terroristas. Cuando los carteles se convirtieron en el enemigo a vencer —lo cual es un decir— repitieron al pie de la letra el modelo de contrainsurgencia. Sin embargo, la droga mata diez veces más personas que las acción de Al Qaeda, por ejemplo.

El modelo de contrainsurgencia aplicado al narcotráfico es contraproducente: es caro y requiere de mucho tiempo para obtener resultados. Así que últimamente, EUA ha preferido el otro modelo: el antiterrorista, que refuerza la ofensiva abierta y sin cortapisas. Ataques personalizados, a pesar de los daños colaterales. En otras palabras, asesinatos selectivos. Se trata de una medida disuasoria para quienes pretendan escalar por la jerarquía de los cárteles y la Yihad. Ganarán miles de dólares, o serán reconocidos por sus jefes fundamentalistas, pero morirán pronto.

De nuevo el error de perspectiva; la forma como se reacciona ante los asesinatos selectivos no es la misma por parte de un capo del narcotráfico que de un fanático musulmán. Pero para los EUA no existe tal distinción. Ante esta frivolidad salvaje, lo que podemos esperar es que en los próximos años veremos crecer lo mismo el narcotráfico que el terrorismo. Y las consecuencias las pagarán siempre la gente inocente. Es decir, nuestras familias, tan alejadas de la macroeconomía y las macrorespuestas. Las acciones geopolíticas nos aplastan con su bota militar.

 

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