Noches sin luna y días sin sol
Hugo L. del Río

Monterrey.- Volvemos a vivir noches sin luna y días sin sol. Ave de mal agüero, Mauricio, el Porfirio Díaz de San Pedro, presentó un diagnóstico correcto de la nueva crisis de violencia que ya está cubriendo de sangre a Nuevo León. El sampetrino nos presentó, ya abierta, la caja de Pandora algunas semanas antes de la recaptura del chapo Guzmán.

Es previsible que al ingresar el sinaloense, por tercera vez, a un penal federal de máximo seguridad —je je— sus sicarios se disputen a balazos la jefatura local del cártel de Sinaloa. Pero, siempre según el eterno alcalde de Garza García, hay otros cinco grupos de narcos en guerra entre sí por el control del mercado regional –que no es desdeñable–, el libre paso de la droga a Estados Unidos y toda esa galaxia de actos delincuenciales que cubre, en amplio arco, desde la extorsión hasta el derecho de piso sin olvidar la ordeña de Pemex.

Y qué hace, en el ínterin, el cacique menor de Atlacomulco. Bueno, están muy ocupados en la discusión acerca de si convocan a declarar a Kate del Castillo y Sean Penn. Ridículo, desde luego. Pero esta es nuestra realidad.

Aquí, en lo que queda de Nuevo León, no cantamos mal las rancheras. Roberto Flores, este pobre señor que cobra como procurador, suelta de su ronco pecho la verdad no sé si histórica o histérica: los muertos del pasado fin de semana fueron víctimas de rencillas entre pandilleros. Nada que ver con el crimen organizado. Vamos: ni Sherlock Holmes tenía tantas facultades, no sé si como investigador o como arúspice, para señalar en tan poco tiempo la causa de la matanza.

RF, para su mayor mérito, parece no haber consultado con su jefe de la Judicial, el marino Augusto Cruz Morales. Para qué si Flores lo sabe todo. Además, no me consta pero lo dejo ir como rumor, dicen dos que tres pajaritos colgados de los alambres que Roberto Flores y el oficial naval no se hablan.

Para ponerle crema a las enchiladas, no está de más recordar que el nombramiento de Cruz Morales carece de fuerza legal y jurídica pues el buen hombre no tiene título de abogado. Es válida, para nuestra patria chica, la observación que hizo hace varios años el profesor Harlow Shapley, de la Universidad de Harvard: vivimos en “un universo con un centro en un lugar desconocido, en torno al cual giran las nebulosas”.

Pie de página
Se fue David Bowie, otro gigante del mundo del espectáculo. Cantante y actor, hizo en “Feliz Navidad, Míster Lawrence”, el inolvidable papel del soldado británico asesinado de atroz manera por inspirar en un oficial japonés un amor entre hombres proscrito por el código de los samurais.

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