Entre San Juan de Dios y la Universidad
Raúl Caballero García
Mi vida era un barco ebrio clandestino
que se estrellaba contra todos los imposibles
Enrique Macías
Dallas.- El itinerario desde Ciudad del Sol hasta la zona de Humanidades / entre San Juan de Dios y la facultad en tiempos de Quevedo /
...dos enjambres de camaradas, dos núcleos, dos puertos, una red de burdeles
las clases como mapas, las borracheras como referencias
las aulas y las salas de putas, barcas con alas
las revistas para los cánticos de la disensión
las barras y sus espejitos, las botellas con sus vasos, las razones de la identidad colectiva
el itinerario desde El Plateado hasta la Avenida Netzahualcóyotl
entre La Fuente y Las Escaleras
dos grupos, dos nudos sueltos, compañeros y amigos
la ruta 40 entre Cervantes y Carroll
comenzaba el pasado en las nubes que pasaban por Guadalajara
entre soles o estrellas, calles y bares, mesas de Cafés
encontrarse en el extravío para perderse en el hallazgo
a través del anochecer, a través del amanecer
el itinerario desde la tarde de lluvia hasta pasado mañana
los estudiantes, los burócratas, dos círculos concéntricos
las ficheras de salón, las prostitutas de feria, las discípulas nocturnas
el itinerario de rumbos que dividen la vuelta del horizonte
entre el Aeropuerto Benito Juárez y el Auditorio Pablo Neruda
estas palabras en honor de Romeo Reverte y Alberto Hernández González
un mar de jazz, la marea en busca de espacio
bosques de tabachines, geometría de rancheras
desembocaduras urbanas siempre ahí, siempre insospechadas
una ciudad de versos, desmedidos por altos o profundos
los músicos ahogados dan la nota para comenzar a brindar
los cantantes de rock escondidos en sus sueños balbucean garabatos
el itinerario entre la Plaza del Sol y la zona de San Juan de Dios
el despertar agazapado en una de las lunas de las cuatro de la tarde
los poetas aturdidos que buscan la puerta del infinito
la cofradía que juega al dominó como un acto litúrgico
esos que atraviesan capillas con cirios en cada galería
y los que peregrinan por congales con devoción de romeros
y los que cruzan las plazas y se meten en el viento
en la ciudad llena de renglones o dejada entre renglones
en blanco
para que se persignen los que están adentro