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2013 13 Enero 2016

 

 

René Guajardo, el Rey Moro
Eligio Coronado

 

Monterrey.- De todos los ídolos de la lucha libre, el cronista regiomontano Andrés Pérez Sustaita ha elegido a uno para honrar su trayectoria dentro y fuera de los encordados: René Guajardo, el Rey Moro, en el volumen homónimo.

Inicios, maestros, combates, triunfos, derrotas, rivales, parejas luchísticas, campeonatos, cabelleras y máscaras conseguidas, rapadas sufridas, películas y su labor como promotor aparecen aquí como epílogo victorioso de una vida dedicada al deporte, aunque como dice el autor: “No basta con este libro para describir al hombre luchador, al deportista, empresario, cumplido padre de familia y ejemplo a seguir por las nuevas generaciones” (p. 147).

Manuel Guajardo Mejorado, alias “René” (Agua Fría, Villa Mainero, Tamps., 1932), debutó oficialmente en la arena La Victoria, de Monterrey, contra un luchador llamado Maciste, a principios de los años 50.

Luego sería preparado por el maestro Rolando Vera y comenzaría a escribir su historia contra gladiadores como El Oso Negro, Samar Selem, Tony Fussary y Huroki Sito, hasta ser considerado como el Mejor Novato de 1955.

Más tarde haría pareja con el aguerrido pachuqueño Karloff Lagarde y por veinticinco años reinarían en esa modalidad ante temibles duplas como El Santo-Gori Guerrero, Blue Demon-Black Shadow, Cavernario Galindo-Gladiador, Hermanos Espanto I y II, Mil Máscaras-Ray Mendoza, El Solitario-El Angel Blanco y Perro Aguayo-Fishman.

En lo individual, René Guajardo fue nueve veces campeón mundial de los pesos medios, entre 1960 (cuando se lo quita a su maestro Rolando Vera en la Arena México) y 1977, cuando lo pierde ante Aníbal en la Monumental Monterrey. Además, fue nombrado el Luchador del Año en 1961, 1962, 1965 y 1975.

René Guajardo rapó y fue rapado, es decir, condenó al yugo de la tijera en diversas ocasiones. Los condenados fueron: Ray Mendoza, Felipe Ham Lee, Yamamoto, Bello Greco, Angel Blanco, Perro Aguayo y Frankestein. Indirectamente provocó las rapadas de Gran Hamada, Babe Face, César Valentino, Kurisu y Dorrel Dixon. Y lo raparon: El Santo, Jerry London, El Solitario, Angel Blanco, Ray Mendoza, Dorrel Dixon, Renato Torres, Aníbal, Steve Wright y Gran Hamada.

Su éxito lo llevó a estelarizar dos películas y a figurar en una tercera: Los endemoniados del ring (1966), La mano que aprieta (1966) y Las lobas del ring (1965).

Finalmente, como promotor comenzó en 1974 al separarse de la Empresa Lutteroth y fundar la poderosa División del Norte, aportando beneficios de inmediato: garantías para los luchadores, lanzamiento de nuevas figuras y modalidades luchísticas que vinieron a incrementar el impacto de esta actividad mitad deporte, mitad espectáculo: Torneos de la Muerte (con 16 o 24 máscaras en juego), Relevos Increíbles (con parejas de un rudo y un técnico), Relevos Suicidas (en que la mancuerna perdedora apostaba algo: máscara o cabellera), Australiano de Encapuchados (donde el primer perdedor de la tercera caída perdía la tapa), Máscaras vs. Campeonatos y la sorprendente Dos vs. Uno.

Sólo el cáncer pudo detener, aunque no opacar, la trayectoria del incomparable Rey Moro, también conocido como el “Copetes” Guajardo, el 11 de mayo de 1992.

 

* Andrés Pérez Sustaita. René Guajardo, el Rey Moro. Monterrey, N.L.: Oficio Ediciones, 2015. 149 pp., Fot. (Colec. Ensayo.)

 

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