Burócratas en Derechos Humanos
Hugo L. del Río
Monterrey.- Minerva Martínez dejó en ruinas a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, CEDH. Burócrata de corazón, MM se limitó a cobrar el sueldo y obedecer las órdenes del gobernador. Para qué incidir en el resultado de la obra negra.
Lo peor es que, por lo menos en lo que hemos visto hasta ahora, la crisis se puede agravar pero es poco probable que se logre un avance, así sea mínimo, en tan delicada materia.
Cierto: el actual Ejecutivo estatal no metió –abiertamente– las manos en la sucesión de Minerva Martínez quien simplemente se instaló en sus oficinas como lo que siempre fue: una empleada del tlatoani en turno.
La nueva administración mostró un poquito de respeto por las formas. Invirtió algo así como dos granitos de arena en simular su acatamiento a las convenciones de la democracia formal.
Y este humilde tecleador se pregunta, Virgen de Alcobendas, para que dar tanto salto si está el suelo parejo. Tenemos aquí a la Hermana Consuelo Morales, abanderada desde hace años de la defensa de los DDHH y reconocida, internacionalmente, como tal.
No voy a hacer la lista de sus méritos porque no me alcanzaría el espacio. Me limitaré a recordar que ella es la autora del programa para localizar y liberar a personas secuestradas, dicho sea esto sin regatearle méritos a Adrián de la Garza, quien por lo menos en esta área trabajó bien en tándem con la Hermana Consuelo.
La religiosa, por cierto, se negó a participar en el juego mediático organizado por los broncos para dar la impresión de que el titular de la comisión será el que decidiera la sociedad.
El numerito salió muy mal porque los cortesanos de Jaime Heliodoro, al igual que su patroncito, no son los burócratas más inteligentes del mundo. En DDHH, al igual que en casi todo, estamos más o menos al nivel de los talibanes o los yihadistas.
Minerva ni siquiera se molestó en tratar de convencer a los militares de limpiar los expedientes de los chicos del Tec, el doctor Ovidio Cantú hijo, el joven matrimonio de Ciudad Anáhuac y tantas otras personas inocentes quienes, además de ser asesinadas por el Ejército, fueron sindicadas por la “gloriosa” institución de ser narcotraficantes.
Nuevo León es zona de guerra: los penales no tienen nada que pedirle al famoso reclusorio donde, en Iraq, los boys y las girls del US Army y el US Marine Corps torturaban a los árabes. Y qué vamos a decir de los abusos de policías y tránsitos, particularmente los de San Nicolás, quienes más que morder como perros rabiosos atracan a los ciudadanos.
Es obvio, pues, que a Rodríguez Calderón le interesa más el libro vaquero de la semana que la seguridad de los nuevoleoneses.
Pie de página
Mis más sinceras felicitaciones para el buen amigo Celso José Garza. El paquete de congratulaciones incluye a la UANL por el acierto al designar a Pepe como titular de Extensión Universitaria. Vaya, hasta que algo salió bien en Nuevo León.
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