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2016 15 Enero 2016

 

 

Entre la voluntad en la acción y la voluntad mediática
Claudia Garza del Toro

 

Saltillo.- Con frecuencia escuchamos a la gente opinar que todos los políticos, o los que están disque representándonos en el gobierno, son iguales, que si no “eran” corruptos, se corrompen “cuando  llegan”.

Y cómo no entender y apoyar dicha opinión, si en cada rincón del país  se conocen hechos que ilustran las fechorías cometidas por dichos representantes; el dichoso conflicto de intereses que acá no es delito, la opacidad y nula transparencia en los procesos de adjudicación de proyectos, las megadedudas de los estados poco transparentadas y hasta protegidas por años, el uso de la fuerza pública para acallar las voces y/o decir que “aquí no pasa nada”, que vamos bien, el enriquecimiento ilícito de gente común que llega a un encargo y al tiempo ya resulta gran empresario(a), afín al despojo, la corrupción, la impunidad, y todo tipo de abusos; en fin, podemos seguir y seguir  y no terminamos.

Hoy por hoy los que nos gobiernan han roto sus promesas de campaña firmadas incluso ante notario, y tienen la osadía de seguir mintiendo, o lo que es lo mismo, presentando una “voluntad mediática” para engañar a la sociedad.

La cuestión de suma relevancia es entender en qué termina esto, cómo impacta realmente en la vida pública del nuestro entorno (municipio, estado y el país) y de cada uno de nosotros.

Impacta de forma impresionante, estos políticos en su mayoría corruptos, logran permanecer en el poder, para seguir engordando sus cuentas personales, acrecentando sus títulos de propiedades, además de darse una vida llena de privilegios y todo al amparo del poder público.

En algunos países sería inexplicable cómo logran permanecer, cómo logran reciclarse, casi reinventarse, a pesar de la decepción que impera en muchísima gente.

Y cuando se habla de esto en las sobremesas e incluso en las redes, la primera opinión es que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, ¿verdad?

Yo no creo esto. Creo que son más grande los intereses, que hacen que éstos pulan las estrategias cada vez más para seguir en el poder y robar de forma vulgar e impune.

Hay que revisar las cifras: en Coahuila, por ejemplo, se dice que la gente es priista de corazón; no por nada –dicen– llevamos toda la vida gobernados por este partido; pero vean los números: vota aproximadamente el 40 por ciento, y de ese porcentaje que vota, el partido de siempre apenas gana en promedio con el 18 por ciento; esto significa que hay legalidad en el proceso de elección, mas no legitimidad, no nos representan a las mayorías.

Resultan beneficiados por la apatía, la indiferencia, que se traducen en poca participación. Consecuencia lógica e inversamente proporcional: a poca participación, mayor probabilidad de permanecer en el poder.

Fomentar la apatía, la indiferencia en cada uno de nosotros, despojarnos de la esperanza de recuperar la dignidad, de que sí es posible hacer las cosas diferentes, de que sí existimos y hay gente honesta, les ha funcionado casi de maravilla.

Así que mucho ojo: informarse es importante para diferenciar entre la voluntad en la acción (en el aquí y en el ahora, así le llamo) y la voluntad mediática, que coyunturalmente usan los políticos para prometer y prometer, pero sólo en los diarios y jamás cumplen.

Concientizarse implica que además de que valoraríamos la importancia de participar, acabaríamos con la permanencia en el poder de los mismos de siempre.

Invito a la reflexión y al análisis en este tema en particular.

¡Otro país es posible!

 

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