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2042 23 Febrero 2016

 

 

MUROS Y PUENTES
Hillary y Bernie, cuello a cuello
Raúl Caballero García

 

Dallas.- Lo he apuntado antes, Hillary Clinton –quien hasta hoy sigue siendo la favorita entre los demócratas– ha recorrido más camino entre las minorías que Bernie Sanders, es más conocida y ciertamente se viene acercando y apoyándoles a lo largo de su larga carrera...

...tanto a las mujeres, como a los latinos, los afroamericanos, los sindicatos de trabajadores entre otros gremios. Las minorías le hicieron ganar en Nevada.

Sin embargo su triunfo representa una bocanada de aire fresco, pero no mucho más… me parece que algunos medios se apresuraron a decir a grandes voces que la ex secretaria de Estado “frena a Sanders” (El País) o “Clinton se lleva el triunfo más grande” en Nevada (Político), no, no, a mí me parece que esta disputa todavía va cuello a cuello y para largo.

Sanders continúa recibiendo un creciente respaldo -sobre todo entre los millennials- y los resultados de Nevada -por cierto para nada aparatosos- mantienen la carrera demócrata todavía cerrada. Mire usted, si luego de empatar en Iowa y perder en New Hampshire -ahí sí aparatosamente-, en Nevada Clinton se apuntó un triunfo más bien discreto (52.6 contra 47.3 por ciento de Sanders); Clinton se lleva 19 delegados y el senador por Vermont 15, o sea: esto apenas comienza.

Creo que lo dije antes, no será sino hasta el súper martes cuando podamos ver un verdadero desmarque, en ambos partidos.

Ahora bien, para ocupar la Casa Blanca a mí los dos demócratas me parecen presidenciables, para repetir la paráfrasis de las palabras de Sanders: ante la banda de republicanos que quieren ser presidentes, aún en sus peores días Bernie y Hillary son mejores. Entre ellos sus diferencias son cuestión de enfoques, la diferencia entre ambos estriba en sus respectivas posturas, desde luego, porque sus trayectorias están en diferentes carriles pero se dirigen en la misma dirección, si bien uno convertido en una especie de amenaza al status quo del Partido Demócrata por sus ideas de izquierda (desde su socialismo democrático) y la otra por ser precisamente una representante de ese status quo desde su postura de centro izquierda o de centro a secas.

Clinton es la favorita del Establishment del Partido Demócrata en tanto Sanders cabalga por los márgenes, enarbolando ideas progresistas toda vez que la política nacional tradicionalmente se da en el centro, en los terrenos donde parece que logran un equilibrio entre derecha e izquierda, entre ricos y clase media (dando por hecho -sin que así sea- que los pobres pertenecen a la clase media), pero en los hechos, en los resultados económicos, políticos, sociales de sus gestiones de gobierno nomás parece.

De ahí que Sanders este año, en estas primarias, está creando un movimiento; por lo menos así es para muchos. Tal vez todavía se está gestando, acaso para que sea tal se requiere que efectivamente los millennials se emancipen en su zona de confort, se levanten a participar (como ya lo hace buena parte de esa generación), y en fin, se decidan a dejar en el sofá la indiferencia.

En esta disputa, entonces, podría generarse el “sanderismo” (algunos ya lo dan por hecho), de no ser así acaso podríamos prever que su semilla fructifica. Pero no adelantemos vísperas, observemos lo que pasa en Carolina del Sur y, sobre todo, durante el súper martes que ya está a la vuelta de la esquina. Como sea Bernie Sanders trajo a la escena política nuevos aires, justo cuando vemos como la derecha (léase los republicanos) nos dan muestras de lo más nefasto en una democracia, la intolerancia y el poco respeto a valores democráticos, como la igualdad social y los derechos humanos.

 

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