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2048 2 Marzo 2016

 



HORIZONTE CIUDADANO
Adopciones y derechos de los niños
Rosa Esther Beltrán Enríquez

 

Saltillo.- Comenzó marzo un mes que nos trae las primicias de la primavera, pero no sólo eso, Vanguardia nos reanimó con la noticia de que en Coahuila existen áreas de la vida social en las que el miedo es vencido por la generosidad, la solidaridad, la aceptación, la estabilidad y la seguridad en la vida humana.

Existen tantos valores intangibles en este hecho que es un reto examinarlos en su totalidad.

Me refiero al proceso de adopción en el que Coahuila logró en 2015 el liderazgo nacional al alcanzar una cifra de 159 de 500 adopciones realizadas de 2012 a 2015, las cifras muestran que la grandeza de corazón existe en las personas que adoptan porque ellas ven en los niños desamparados la oportunidad de ofrecerles su amor ya que en su mayoría proceden de familias desintegradas y dolientes.

En la generalidad de los casos,  adoptar es rescatar a un niño de la soledad  del dolor, del hambre y la ignorancia y no hay niños a la carta,  es decir aquellos que llenan condiciones previamente determinadas; por eso la decisión es difícil, porque los padres deben enfrentar múltiples y complejas cuestiones de orden psicológico, social, material, espiritual y legal porque las dudas, sentimientos y pensamientos que los asaltan son infinitos, de manera que es difícil prepararse para llegar a tomar esta determinación de sensible humanidad, de nobleza y valentía que sólo es posible en personas que poseen grandeza de corazón.

Cabe destacar que el proceso de adopción está impregnado de un profundo sentido ético ya que enfoca la atención en el interés del infante adoptado a quien se busca procurar una familia, más que en el aliciente de los futuros y probables progenitores.

También es un dato alentador el que existan en Coahuila 46 albergues para niños huérfanos o desamparados, dado que la incorporación de las mujeres, madres de familia a la vida laboral en muchos casos ha propiciado la desintegración familiar ante la resistencia de los hombres a colaborar en las labores de educación y cuidado del hogar, porque hay que decirlo, los menores abandonados no debieran sufrir tales situaciones por eso ante la desigualdad e injusticia que el sistema capitalista neoliberal genera se tienen que buscar alternativas ya que los infantes tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.

Según la Convención sobre los Derechos del Niño, firmada por nuestro país,  los niños tienen derecho a la supervivencia y el desarrollo, son derechos a los recursos, las aptitudes y las contribuciones necesarias para su sobrevivencia. Derechos a recibir una alimentación adecuada, vivienda, agua potable, educación de calidad, atención primaria de la salud, tiempo libre y recreación, actividades culturales e información sobre sus derechos, los que exigen que existan los medios para lograr que se cumplan y tener acceso a ellos.

Es de esperarse que al conceder la adopción las autoridades del estado se apeguen en todo momento a la ley y que los niños vayan con certeza a un hogar que los acoja con amor y que no exista el riego de que encuentren ahí violencia y malos tratos.

Los hombres y mujeres tenemos una responsabilidad social, no podemos ser indiferentes, el mundo ya no puede más, la humanidad grita de desesperación al ser testigo de tanto dolor, tanto abandono y rechazo, de tanta infancia destrozada, sin excepción todos  debiéramos buscar que los niños, futuros padres y madres sean amados, crezcan en lo posible en un ambiente digno, sin violencia, sin hambre, sin frío.

Ayer fue el Día para la Cero Discriminación, con el lema, Distínguete se propone animar a todo el mundo a defender sociedades justas e igualitarias.

 

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