Suscribete

 
2078 13 Abril 2016

 

 

Entre Fufito y Gilberto Lozano
Roberto Guillén

 

Monterrey.- Ahora que ya suenan los tambores de una fiscalía anticorrupción, el debate por los destinos de Nuevo León, en materia de transparencia y cuentas claras, se pone de alarido.

Y es que los presuntos bandidos del bipartidismo hampón han fraguado tantas tranzas que terminaron por hartar a la población y germinar personajes tan flamígeros como lo es Gilberto Lozano, dirigente del Congreso Nacional Ciudadano.

Pues el pasado sábado tuve como invitados en mi programa de radio a este atronador personaje y también a Pedro Alejo Rodríguez, mejor conocido como el Fufito, el ácido clown de la City.

Ya se imaginarán ustedes la ametralladora incendiaria en que se convirtió el juego de punzantes declaraciones tanto de uno y otro personaje.

Francamente el que me pareció más coherente y estructurado en su activismo de confrontación contra los desfiguros y abusos del poder, fue Gilberto Lozano, quien no solamente despotrica contra las inoperancias del Bronco, sino que también continúa denunciando el presunto enriquecimiento ilícito de ese junior que llaman Rodrigo Medina.

Mientras que Gilberto Lozano presentó ante el ministerio público todas las supuestas pruebas que acreditan las presuntas raterías del junior Medina, el Fufito nada más critica a esos presuntos bandidos por encimita. Hasta parece que ya se le olvidó…

Mientras Gilberto Lozano agarra parejo con todas las marionetas ruinosas del poder, el Fufito solamente enfila sus baterías contra las acciones y funcionarios que integran al gobierno “independiente” del Bronco. Y precisamente ese activismo febril, que no desempeñó durante los días del gobierno que encabezó el junior Medina, es lo que hace pensar a la gente que los presuntos bandidos del bipartidismo hampón le están pasando “una lanita” por abajo del agua.

Ahhhh… les confieso que llegué a sentir una especie de fascinante fruición al sentir cómo vibraban mis tímpanos, cada vez que Gilberto Lozano despotricaba contra las ruinosas marionetas del calamitoso bipartidismo: “Doña Shalalá” (Ivonne Alvarez), Margarata (Margarita) Arellanes, “El Pony… es un travesti político” (Jaime Rodríguez El Bronco).

Y cada vez que pronunciaba “Margarata” hasta parece que lo hacía con unas diez erres de por medio.

Lo siento por esa pobre señora rica, que se hable así de ella en un programa de radio –que no es la primera vez que lo escucho– pero si ella no es eso que dicen, pienso que debería limpiar su nombre, bueno, si es que le interesa seguir siendo esa rubia fancy panista que lucha por los desprotegidos de este país. Y lo mismo va para Doña Shalalá. Y claro, lo mismo va para El Pony, perdón, para el Bronco.

En cuanto al Fufito, nuestro electrizante clown, creo que debería ampliar el abanico de la Irreverencia y no reducir sus baterías nada más al ranchero deslenguado de Galeana… que ahí tiene al caique de Guadalupe, Héctor García, todo un virulento retardatario de la democracia en Nuevo León…algo así como la famélica reputación de los que ya sienten pasos por el controvertido y cuestionado fiscal anticorrupción, Ernesto Canales. Sí, el de los seis melones de dólares… y que se ha hecho famoso por el verbo perseguir… ¡ja!


Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com