Brendalove
Joaquín Hurtado
Monterrey.- Ha nacido una nueva estrella porno. Noticia no menor en el exhausto firmamento del entretenimiento para adultos. En las vitrinas de la Internet brilla un joven que se hace llamar Brendalove, macho trucado que prodiga lujurias gratuitas a la peregrina masa de cibermirones.
¿Para qué arriesgar la quincena o apostar el pellejo buscando lascivias en rotas cantinuchas y teiboldance si a la velocidad de un clic arde Troya con lencería de baratillo? Medias de encaje, altos tacones, tanga de hilo dentífrico, son parte del ajuar del infatigable erotómano. Jugosas nalgas refinan la zona perianal del divo enmascarado. Aparece a cuadro bien embutido en negro corpiño estilo Victoria´s Secret. Brendalove supera con creces la carencia de glándulas mamarias con esponjosa imaginación de loca desheredada.
Suele cambiar de atavío según el humor pecaminoso que le inspira el galán en turno, siempre uno a la vez. Luce espectacular en una minifalda de tablones a cuadros estilo Oxford. La entallada blusita sin mangas resalta su torso varonil. Le sobran pretensos. Cómo no. Es hechizante su mata capilar hasta los hombros, el curly bien tratado, la boca con lipstick rojo turgente.
Si a la hora en que los niños se preparan para acudir al cole la Reata se contonea viperina en el Mañanero, cortesía del lépero Brozo, no hay por qué alarmarse de que este sinuoso mancebo le dé vuelo a las enseñanzas de Rita Lovelace (a) Deep Throat. Chicas del Clima, uníos. Si se descuidan, Brendalove les arrebata cetro y corona en la pantalla familiar.
Cuestión de rascar en la costrita de la telaraña informática para dar con el paradero de este plebe sexoso. Con el poder de su esfínter brinda virtuales deleites al puberto con espinillas, al insomne oficinista, a la señora curiosa, al abuelito que agoniza de hastío. ¿Carencia de valores? ¿Fracturas en la salud social? ¿Libertinaje impune? ¿Depravación del populacho? ¿Reblandecimiento de la moral? Bah, no es para tanto. Brendalove sólo representa el cotorreo sexi y altruista que enriquece la lánguida vida sexual del Homozapping.
Muy ocasionalmente el chico ninfomaniaco acude en auxilio de los condones. La mayoría de las veces cabalga a pelo. Qué lances del intrépido, qué manera de colectar virus sidositos y toda la gama de bacterias carnívoras y venéreas. Brendalove no ignora los riesgos de su actividad, es bien profesional, evidentemente educado en su ramo, siempre usa lubricante a base de agua para facilitar el introito macho. Lindamente se divierte el chico que ayer se puso tan manual, hoy lengüetero y mañana en cuatro patas. Goza obsequiando placer con todo el cuerpo, su entrega al Popochas es plenamente espiritual.
En sus producciones ofrece un abanico sensorial con más de veinte videocortos, muchos con parejas diferentes, filmadas en calidad High Definition, nunca mayor a los 10 minutos. Sugestivos los títulos de su filmografía artesanal. La originalidad para rotular sus creaciones es francamente mediocre, cero poética: “Mi amigo el policía. Mamando. Cogiéndome rico. De mis machos favoritos. Más de mi Mayate favorito. El hijo de mi vecino. Damián. Con Manuel de la mueblería. Con Tony el albañil. El Chakal. Enrique regresa por más. Chico del minisúper…”
Adereza sus pecados audiovisuales con pujos y mil detalles que dejan la pupila atestada de envidia, los orificios aguanositos y el chile palpitante. Describe los pormenores del contexto en el que ocurren sus aventuras. Un botón textual, de su éxito intitulado “Con Manuel de la Mueblería”:
-Compré unos sillones… y el chavo que me los llevó a mi domicilio estaba bien rico y cogible. En cuanto lo vi llegar rápido me cambié y me dejé en ropa interior y puse una porno en el cuarto… me fui arriba para dejarlo ver la movie y que entrara en calor. Cuando regresé, obvio, ya estaba jalándose… sin decir otra cosa me puse de rodillas para mamársela y después me acomodé de perrito… Comenten…”
Y la raza pronta comenta:
Marinero1974: Dime dónde vives para coger ese trasero tan rico.
Luckyboyz: Beautiful ass!
Jorjhejh: Waooo mi amor que afortunado, qué bella, q. buena que estás mi amor…
Y así. En cada capítulo se suelta la jauría de cachorros que celebra los obsequios afrodisios del espléndido y enigmático Brendalove, promesa indiscutible en el firmamento amateur del competidísimo porno casero.
