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2089 28 Abril 2016

 

 

Oso policioso
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- Nidia García es la agente de seguridad pública retratada con las chichis al aire en Escobedo, Nuevo León, municipio tan pacífico, tan seguro, tan ordenado que desde su fundación se ha ganado la envidia de la peligrosísima Suiza, o de San Pedro Garza García, donde sus habitantes duermen bajo siete candados y el Jesús en la boca.

Qué tan sosa no será la existencia para los opulentos ciudadanos del municipio escobedense que aquí lo único que pasa es que no pasa nada. Nada aparte de los escándalos sexuales como el que acaba de encarar la voluptuosa cuica. El ocio es la madre de todos los osos. A su cuerpo policial le sobra todo el tiempo del mundo para posar y hacerse fotos cachondas en horas de trabajo.

El caso es que la oficial exhibicionista fue balconeada de manera cobarde por un compañero mala leche, seguramente algún pareja despechado. Viral se volvió en redes sociales el topless policiaco, con lances tan fuera de lugar que los principales medios del país tomaron nota al hilo y sacaron raja mayor del escandalito. Como consecuencia de tan inmoral actuación, la alcaldesa Clara Luz Flores de inmediato selló su destino y la mandó de tetitas a la calle.

–Deschichada, procaz, lúbrica. Rocambolesca.

Las fotos de la pechuga con macana se ganaron el aprecio de medios informativos tan ilustres y castos como el Blog del Narco. Sin embargo, para el ojo pornosaurio las fotillos reprobadas por las fuerzas vivas no dan para tanta batahola. La damita está ricotona, apetecible nomás, bien equis en atuendo reglamentario con fusil en ristre.  

“Si te portas bien, te doy un poco de mi lechita”, parece decir la servidora fotogénica. La fantasía erótica va por cuenta de cada quien. Pero no piensa lo mismo el flemático ciudadano de aquel plácido polígono conurbado de Monterrey. El pusilánime caballero del Topo Chico entró en shock.

El despido fue fulminante. La subsiguiente camorra de la opinión pública apenas ruborizó a la genízara. La vergüencilla de mostrar las bubis al respetable le duró muy poco. Ahora sale a pronunciarse, más provocativa y rufiana, que se va a jalar de teibolera porque tiene hijos qué mantener y “padre y marido a quién proteger”. Y todavía echa más sal en la herida: “No hay mujer que no tenga fotos como las mías”.

¡Sopas perico! Malicioso nocaut directo en la quijada de las mujeres que el domingo pasado salieron a marchar para exigir un alto a las violencias machistas. Qué excelente tino, qué pulcro el gancho al hígado, qué oportunismo de género, qué timing feminista de la chota tetona. Lo poquito logrado por las femeninas protestantes de la Primavera Violeta se evaporó como gotita de agua en comal ardiente.

Nidia es una vieja de armas tomar, picuda emprendedora que pondrá a jalar su cuerpazo a favor de la cuenta bancaria. A su escueto currículum ahora suma el oficio de encueratriz en gira nacional. “Sólo en plan de sana convivencia”, dice la muy pícara. Ya nomás le falta subirse a la ola de las candidaturas independientes y postularse para presidenta. Bronco, no seas mezquino, apóyala.

A la raza morbosa se le hace agua la boca, ya se pela por asistir al antro vicioso donde Nidia se enredará en el pole dance cual culebra traviesa, dispuesta a todo con tal de alborotar la patética hormona del peladiaje que aullará frenético:

¡Oso policioso, qué sabroso!


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