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2124 16 Junio 2016

 

 

Que se te arma la gorda, bronco
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- Todavía apestaba a pólvora y sangre en Orlando por causa de una salvaje matanza motivada por un discurso de odio cuando el bronco, nuestro insigne gobernador, sacó la lengua y disparó ponzoña en un evento sobre salud juvenil. Ocurrencias más o bravatas menos, dijo: “A las niñas gordas nadie las quiere”.

Mi abuela usaba un arsenal de refranes para responder a barbajanadas de esa calaña. Seguro le habría tupido al ínclito caudillo: “Eso que no puedes ver en tu casa lo has de tener”. Mi abuela ya murió y no tiene modo de regresarle las ofensas misóginas al político “independiente”. La declaración dio vuelta al mundo en cuestión de segundos; seguro la leyó mi abuela en su nicho celestial. Ella era mujer de rancho con una mecha muy corta. También se hubiera tomado muy a pecho la bronca gratuita en la que nos metió don Jaime Rodríguez, por no saber controlar su incorregible lengua.

-Bronco pelafustán, así habías de ser para cumplir tus promesas –hubiera dicho mi viejita.

La ola de críticas en las redes sociales y los medios impresos ha puesto en su lugar al boquiflojo. Éste trató de enmendar la zurrada pero la batió aún más. Dijo que sólo trataba de hacer conciencia en los padres sobre las bondades de la prevención de los embarazos adolescentes, un problema mayúsculo al que se enfrentan las chicas que no han recibido educación sexual ni en el hogar ni en la escuela.

Qué bien friega el díscolo en responsabilizar de todo a la ciudadanía para desentenderse de sus obligaciones como gobernante. Hasta quiere que nosotros tapemos los baches. No cabe duda que el ejercicio del poder atonta, pero el poder absoluto apendeja absolutamente. Al bronco absolutista no le interesa ni la salud ni la educación de su comunidad educativa ni de la población abierta. Lo poco que hay en las arcas lo usa para demagogia y contrapuntearse con la ciudadanía.

Hace varios meses me llamó una persona de la Secretaría de Educación estatal. Me convidó a impartir un taller a estudiantes de secundaria sobre el uso correcto del condón para prevenir vih, its y embarazos. Acepté de inmediato. El plantel se encuentra ubicado en un municipio foráneo. Como no me gusta cobrar por esta clase de servicios sólo le solicité transporte para llegar al destino y regresar a mi domicilio. El funcionario me respondió: “Es que no tenemos ni recursos ni vehículos disponibles, pero déjame platicarlo con mi jefa”. Su jefa es la secretaria de Educación, Esthela Gutiérrez, misma que ha sido señalada por cobrar en tres nóminas cantidades fabulosas de recursos públicos y engrosar la plantilla de la SE con lambiscones y paleros. Por eso no tiene forma de atender la demanda educativa que hoy supuestamente preocupa a su Jefazo.

Me quedé esperando la llamada de mi amigo para confirmar mi visita o de plano desinvitarme. Así se las gasta este gobierno que en nada difiere de los anteriores, llámense PRI o PAN. Derrocha a manos llenas en engordar la burocracia parasitaria y organizar eventos apantallantes, pero a la hora de sacar la chamba a nivel de infantería se engarruña y se hace el pichicato.

No está de más, abuelita, parafrasear aquel refrán para responderle al bronco: “Esa gorda y odiosa burocracia que no quieres ver en tu gobierno la has de tener.”


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