La revancha de Manlio Fabio
Eloy Garza González

Monterrey.- Es comprensible la renuncia de Manlio Fabio Beltrones como dirigente del PRI. El Presidente Enrique Peña Nieto no podría reconocer que la debacle en la mayoría de los Estados donde hubo elecciones se debió no sólo a una mala estrategia electoral, sino a la pésima imagen pública de Peña.

Si Manlio se hubiera quedado, hubiera sido como aceptar que la culpa era del Mandatario. Y en las reglas no escritas del poder político, al Presidente se le rescata del escarnio popular, así sean con patadas de ahogado.

Lo cierto es que hay muchos muertos políticos que reviven después, y que luego gozan de cabal salud. Así es la política de contradictoria. Por eso no conviene sepultar antes de tiempo a grillos tan maquiavélicos como Manlio Fabio Beltrones.

Ya ha comenzado en el PRI la operación cicatriz. Por lo pronto, se trata de empatar el marcador. Comenzará pronto una investigación de diputados federales del PAN que asignaron recursos para obra pública desde sus respectivas comisiones a alcaldes a cambio de sus respectivos moches. Es verdad que esa redada de legisladores rateros debió haberse iniciado en campaña. Pero nunca es tarde. No hay victorias eternas ni triunfos que no expiren.

Muchos de estos casos de evidente corrupción legislativa, con obras etiquetadas desde el Congreso de la Unión se destinaron a Nuevo León. Y la gente de Manlio Fabio ya tiene detectados qué diputados cometieron tal tráfico de influencias. Además, ahora los panistas están más peleados entre ellos que nunca. La guerra sucia apenas comienza.