La CFE contra la ley de Swanson
Eloy Garza González

Monterrey.- La Comisión Federal de Electricidad es un negocio lucrativo donde algunos burócratas se llevan para sí la mayor tajada. La administración de esta institución es un desbarajuste de dimensiones incontrolables. En general, la política energética de México no es más que una tramposa forma para que ciertos funcionarios públicos se vuelvan millonarios. Por eso es un desastre.

Sin embargo, hay una solución tecnológica a tanto desvío de recursos públicos y tanta corrupción impune en ese rubro: son los paneles solares. ¿Pero cómo instalarlos en nuestras casas y negocios si cuestan un ojo de la cara? Muy simple: esperando.

Según la ley de Swanson, el precio de los paneles solares tenderá a reducirse 20%, cada vez que se dupliquen sus ventas. El costo de estos módulos descenderá a la mitad en México dentro de 10 años, cuando la clase media los adquiera masivamente, aunque ahora sean una tecnología cara y poco accesible a la mayoría de los hogares mexicanos, así nos hagan creer que está subsidiada.

La energía renovable tenderá a modificar los hábitos de consumo energéticos en México. Terminará entonces un monopolio entre muchos otros, que disfrazamos durante varias décadas con el mito de la nacionalización. Es falso que los mexicanos seamos dueños de la energía eléctrica porque la controla el Estado.

En realidad sus verdaderos dominadores son una casta de burócratas que la usan como mina de oro personal. Pero en unos cuantos años ya no será un sueño guajiro que, viendo desde el cielo los techos de las casas en cualquier colonia, luzcan como un hermoso rompecabezas de paneles seguidos unos de otros. Y entonces, aunque suene cursi, seremos felices de que salga el sol.