Moreno Valle y sus fraudes musicales
Eloy Garza González

Monterrey.- Los grandes espectáculos son en México una de los principales fraudes empresariales y una fuente de corrupción poco analizada. Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla y “nuevo presidenciable”, no solo se promueve como aspirante presidencial a lo largo y ancho del país en espectaculares, vallas y spots, auspiciados con recursos públicos. Ahora es el principal promotor del evento artístico DayDream, una concentración de dj’s a nivel global, a donde irán a parar ingresos públicos derivados de nuestros impuestos.

Las nuevas modalidades de corrupción abarcan no sólo este tipo de conciertos. También el uso de espacios públicos para eventos privados y nada culturales como los que operan en el Parque Fundidora, en Monterrey, forman parte de este ecosistema envilecido, solapado por los medios masivos que de igual manera ganan por contratos de publicidad y merchandising. La complicidad es plural. Un Fuenteovejuna al revés.

Las transas, fraudes y timos en el mundo del espectáculo se han convertido en una epidemia en el mercado musical mexicano. Empresarios que venden conciertos con artistas que nunca contrataron, para finalmente regresar al público el pago de boletos, pero quedándose con 20 por ciento de comisión, más el jineteo del recurso depositado en los bancos.

Muchos empresarios artísticos también han sido víctimas de fraude. Proliferan los bookers, que enlazan promotores y representantes con inversionistas, que hacen firmar contratos con letra chiquita y un par de semanas antes del concierto, exigen al inversionista más erogaciones absurdas, por ejemplo, porque el artista decidió llegar en avión privado, no en línea, o porque los músicos exigen hospedarse en hoteles de cinco estrellas. El inversionista timado decide cancelar el evento y pierde el anticipo de 50 por ciento.

Dado que el mercado musical ya no gana por concepto de venta de cedés, ahogados por el streaming, sino por presentación en vivo de artistas, tanto fraude y actos de corrupción o desvío de recursos públicos como los de Moreno Valle o el Parque Fundidora acabarán con la buena imagen de los cantantes, compositores y profesionales de la música en México, sepultados por una mafia tan nefasta como los cárteles de la droga.