Por qué hasta ahora
Carlos Manuel Sabines
Ciudad de México.- El tema de la generación de empleos es tema recurrente en el discurso de Calderón. A base de declaraciones sobre el particular intenta saturar y convencer a la opinión pública de la bondad de sus acciones que se traducen, según él, en creación de plazas de trabajo para los mexicanos. Y no lo logra, no lo logrará porque los números que ofrece son falaces, mentirosos, que compara con otros meses y años, pero que a la postre devela sus intenciones de presentarnos una imagen de la economía que no existe.
El IMSS dio a conocer que en febrero se crearon 130 416 empleos permanentes y eventuales urbanos, para acumular un total de 15 383 676 de ellos. También que de octubre de 2008 a la fecha se han generado 907 841 empleos, de los que 354 058 son eventuales y 553 783 son permanentes. El crecimiento de plazas va a un ritmo de 272 300 empleos por año. Esta cifra comparada con el millón 250 mil plazas que se requieren anualmente es deficitaria en un millón de empleos. Así, ¿cuál es el orgullo de Calderón?
En cuanto a la deuda total de México, en este espacio hemos fustigado una y otra vez, que la asunción de pasivos se ha efectuado de manera indiscriminada, se ha elevado a niveles que se están tornando inmanejables. Entre la deuda directa contratada con organismos multilaterales del exterior, banca interna, pensiones no registradas debidamente, deuda de las entidades federativas, representan el 60% del PIB.
Sin embargo, Calderón a falta de mejor tema que abordar con motivo del Aniversario de la Expropiación Petrolera, se ocupó de la deuda por el pasivo laboral -pensiones- de la paraestatal. Advirtió sobre el peligro de la situación financiera de PEMEX por ese hecho no registrado en sus estados financieros. ¿Por qué hasta ahora lo menciona? ¿Por qué no hizo nada en 5 años para paliar el problema? ¿Por qué lo hace cuando ya le falta poco, por fortuna, para irse del poder? ¿Por qué no dijo nada de la refinería de Tula?
En el asunto de Florence Cassez, Calderón en su afán de cubrir a su nuevo consentido, García Luna, antes fue Mouriño, mueve todo lo que puede con el fin de que el caso pase al Pleno de la SCJN porque ahí los ultraconservadores negarán la liberación de la francesa. La intromisión en otro poder como el Judicial, ya se hizo patente, sin decoro, ni recato de ninguna especie. Este pronunciamiento es delicado por sí mismo, pero lo es más porque abre sus cartas sobre cómo va a participar en las elecciones de julio.
