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1021 23 Marzo 2012

El Papa viene a grillar
Hugo L. del Río

Monterrey.- El Papa Benedicto XVI llega hoy a México. El Vaticano ─dos mil años de experiencia─ sabe muy bien lo que está haciendo. Para la visita del Obispo de Roma escogieron el estado de Guanajuato: la entidad más católica e intolerante de México, con su Cerro del Cubilete, centro geográfico del país y su tradición cristera.

El jefe del Estado Vaticano no se reunirá con las víctimas de los sacerdotes pederastas de los notorios Legionarios de Cristo, ni  con las personas dañadas por el crimen organizado. No viene a eso. Su viaje responde a razones estrictamente políticas.

Llama la atención, dicho sea con todo respeto, la ingenuidad política del maestro Javier Sicilia, quien pide al Pontífice abrazar a estas personas lastimadas: tardaría meses en cumplir con la tarea.

Y eso si se dedica de tiempo completo, sin dormir.

México, bien lo sabe el doctor Ratzinger, es un país periférico. En naciones ricas, desarrolladas, el Papa alemán abrazó a unas cuantas personas quienes, cuando niños, sufrieron abusos sexuales por parte de los mencionados servidores de la Iglesia católica.

Pero en nuestra alegre y tropical republiquita no tiene por qué mostrar tanta consideración.

Algunas buenas almas comentan que el antiguo artillero del ejército nazi ignoraba las travesuras del personal. Absurdo: la Iglesia católica fue uno de los primeros centros de poder en crear un servicio de Inteligencia que es, a la fecha, uno de los mejores del mundo.

Peor todavía, en 1999 el Arzobispo de Coatzacoalcos, Carlos Talavera, le entregó al señor Joseph Ratzinger, a la sazón responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, un documento de 600 páginas con pelos y señales sólo de algunos de tantos casos de pederastia.

La respuesta del “doktor”: “Lamentablemente, el caso de Marcial Maciel no se puede abrir, porque es una persona muy querida del Papa Juan Pablo II y, además, ha hecho bien a la Iglesia. Lo lamento, pero no es posible”.

Claro: Maciel enriqueció al Vaticano con miles de millones de dólares.

Los funcionarios papales cometieron un craso error. El sábado saldrá a la venta el libro con las denuncias. Lo editó Random House Mondadori y su título es La voluntad de no saber.

El mismo sábado, la Nunciatura y el cardenal Norberto Rivera recibirán ejemplares del texto. Ese día el Papa todavía estará en México.

Pero volvamos a la visita. El señor Ratzinger levantará, sin duda, los bonos del presidente Felipe Calderón, hoy por hoy a la baja.

Y, suponemos, lo animará a que presione al Congreso para que apruebe la reforma al Artículo 24 de la Constitución.

Esto lo afirman William Booth y Anne-Marie O’Connor, reporteros de The Washington Post, en una nota fecha en la ciudad de México.

La enmienda que propone la ultraderecha establece que el Estado protegerá a las “convicciones éticas”.

Es decir, la burocracia decidirá quiénes sustentan dichos principios, para ampararlos, y quiénes se alejan de dichas convicciones, para negarles la protección del Estado.

Si me equivoco me corrigen, pero esto es lo que afirma el Foro Cívico Mexicano Laico en un escrito entregado al Senado.

Esto de “convicciones éticas” es otra trampa: será la élite del poder la que defina eso.

De ese tamaño es la avalancha de grandes rocas con las que nos quieren aplastar. Tenemos siglo y medio de laicismo: creo que nada ni nadie nos convencerá de volver a un pasado de sangre, división, devastación e intervenciones extranjeras.

Por lo menos así lo esperamos. Como dijo, en otro contexto, el doctor Armando Flores, rector del Pontificio Colegio Mexicano de Roma: “La esperanza es algo necesario”.

 

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pq94

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