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1021 23 Marzo 2012

EN LAS NUBES
Réquiem para la Corte
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- El fallo de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación deja endeble el artículo primero de nuestra Carta Magna, que exige, precisa y consolida las garantías individuales en México, al negar, por mayoría de un voto tímido, el del ministro José Ramón Cossío Díaz, la libertad a la francesa Florence Cassez, que seguirá presa por el delito de secuestro.

El proyecto de  Arturo Zaldívar Lelo de Larrea establecía que hubo un proceso viciado y no justo en contra de la inculpada, por lo que la amparaba y arremete contra la autoridad que flagrantemente violó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a la que todos, inclusive los extranjeros, tenemos derecho. En forma evidente acusa al Poder Ejecutivo de haber trasgredido los principios básicos por los que protestó cumplir y hacer cumplir, vigilancia que tiene asignado el máximo Tribunal de Justicia de la Nación, hoy en falta también por el fallo de la primera sala. No prejuzgaba si ella lo hizo o no. Si es o no mexicana. Sencillamente que se violaron, como demostró palmariamente, sus derechos. Se le preparó la culpabilidad ante la ciudadanía, a través de un teatral acto montado por la televisión y transmitido.

El fallo negativo de tres de los cinco componentes de la primera sala permite gritar un réquiem para la Corte. Tan lejos del pueblo y tan cerca del Primer Magistrado, quien demandó a los ministros abocados al caso, no abrir las puertas a la acusada, no obstante, “haiga sido como haiga sido”. Tal parece que tres hicieron caso omiso de la función para los que fueron nombrados por el Senado de la República: ser vigilantes de que impere la justicia con igualdad, sin arbitrariedad y sin abuso del Poder.

Por la mañana, en Palacio Nacional, al conmemorar el natalicio del benemérito de las Américas don Benito Juárez, el  titular del Poder Judicial de la Federación Juan N. Silva Meza, le pidió enérgicamente al Presidente de la República su respeto a la división de poderes en respuesta al  reclamo público a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y le recordó la templanza de Juárez en su cátedra de derecho en donde exige justicia  ética, limpia y justa para el pueblo. Que impere con igualdad, sin arbitrariedad, sin el abuso y siempre dentro de nuestra Carta Magna a la que deban supeditarse los poderes ejecutivo y legislativo, para no cometer abusos. Que  el  Judicial vele para que impere la justicia en igualdad, sin inequidades y siempre dentro de nuestra Carta Magna, lo que no ha ocurrido, recordamos nosotros en éste y otros procesos que aún recuerda la Nación. No pasó por alto el presidente de la Corte Suprema del País la obligación de las autoridades de ajustarse a la ley, y cumplir  la Carta Magna que es la esencia de la República, y la que el Máximo Tribunal de Justicia de México cuidar de ello.

No hubo réplica del mandatario. Pero sí de la primera sala que consideró, con el  voto de los ministros Guillermo Ortiz Mayagoitia, Mario Jorge Pardo rebolledo y José Ramón Cossío Díaz, que el Jefe del Ejecutivo sigue siendo aún el rector de la vida del país. El proyecto del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, con el voto aprobatorio de doña Olga María Sánchez Cordero, quedó, en una discusión bizantina de tres horas, desechado. Y el artículo Primero de nuestra Carta Magna, que establece las garantías Individuales, en entredicho.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

 

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