Mercantilizar la educación
José Antonio Villalobos

Monterrey.- Televisa y sus patrones de la ultraderecha (Yunque Azul), arremeten en una nueva embestida contra el gremio del SNTE, ávidos de derrotar no a “La Maestra”, sino a la resistencia que ha implicado su permanencia dentro del sindicato.

Promueven una vez más esa idea de que es necesario eliminar al SNTE para lo que ellos llaman “La Reforma a la Educación”; insisten que para ejecutar tal reforma es requisito indispensable que la dirigencia “no se entrometa” en lo que definen como una hábil reasignación de recursos.  

Es innegable que el sistema educativo tiene un aspecto financiero y de recursos económicos muy fuerte, pero no lo es todo. Tampoco será un garante cualquier reforma en tanto todos los elementos asuman su rol y responsabilidad en dicha modificación, y un elemento que no puede ser excluido es el maestro frente a grupo; nunca sabrá más cualquier eminente académico que sólo escribe por encargo según el mandato del patrón en turno. 

En sus comentarios afirman que es tiempo de excluir esa exclusividad del “Estado” de su obligación de ser el responsable de garantizar y otorgar Educación Básica con sus características de gratuidad, laicidad, equidad, etcétera. Asumen que la responsabilidad es   “Del Individuo”, quien por cierto tiene ya bastantes responsabilidades que descuida (“por pasar tanto tiempo transportándonos, trabajando de manera improductiva y lidiando con el leviatán mexicano, nos impide dedicarle tiempo a nuestros hijos; en consecuencia, no les inculcamos, damos ni formamos muchas capacidades importantes para la vida”). 

Pretenden remitir al Estado a un mero papel de “Proveedor Económico”, subsidiador de asociaciones y organismos “interesados en apoyar” la labor educativa (I.P.)  cuando lo único que desean es acceder a los recursos que se derraman sobre la labor educativa provenientes de organismos muy filantrópicos como la OCDE, el FMI, el BM, quienes son los que han instituido la obligatoriedad de instrumentos como PISA y más insistente y recientemente Enlace; ahora sí hay que decirlo claro, con sus limitaciones, alcances y metas.

¿Con qué propósito la SEP aplica estos instrumentos?
Primero. Queda claro que dichos instrumentos estandarizados y rectos (por la naturaleza de cómo están elaborados), no evalúan; pretender ser parámetros de medición de supuestos alcances y/o logros, lo cual nunca será literalmente una evaluación fiel, confiable ni verificable.

Segundo. La meta, más que académica o de perfil de ciudadano, es económica. Según el margen de necesidad que determinen dichos instrumentos, ya sea retroceso o avance comparativamente de un año a otro consigo mismo, con otros miembros de dichos organismos, según sea la estimación  “calificación que le asigne” será el monto de recursos económicos que cada país recibe muy aparte del presupuesto propio que cada país destine a educación. (La recomendación fluctúa en el 8 por ciento, y en México andamos muy por debajo.) Entonces, si salgo mal (como país) me asignan recursos para fortalecer la tarea educativa; si salgo bien voy reduciendo ese apoyo, porque ya superé mi brecha educativa.  

Ese es el entrampe. Cuando cualquier nación (México), recibe esos “apoyos”, ya viene la lana con factura anexa. Es decir, te lo presto pero te digo en qué te lo vas a gastar, a quién se lo vas a comprar, y en cuánto tiempo me lo vas a pagar. Negocio redondo. Así fue la trastada esa de Enciclomedia y actualmente la pretendida Aula Telemática o Inteligente. ¿Por qué tanto interés? Porque a las empresas de comunicación les interesa ser las receptoras de esos recursos. 

Ese es el “problema educativo” que pretenden resolver, en el que pretenden dar más cabida al clero, con las pretendidas reformas al artículo 3°, 24° y 40° constitucional, como regalo por la visita del Jefe de Estado del Vaticano. Como parte de su discurso acusan a “La Maestra” y al gremio de acumular excesivo poder político que daña al equilibrio de decisiones y poderes en México. Nada más falaz que argüir ante la negativa a aceptar, por el contrario, que la presencia del gremio unido, con “La Maestra Elba” a la cabeza, les resulta un impedimento para el asalto al buque que esos y más recursos económicos pretenden. Para ese sector de la I.P. es un problema que actualmente el 90 por ciento de la matrícula de educación básica pertenece a escuelas públicas y sólo el 10 por ciento está en escuelas privadas, cifras que contrastan con la matrícula de educación superior. Pretenden venderle a las masas la idea que en una escuela pública sus expectativas de superación y movilidad son marginalmente menores que en una escuela privada; que los saberes y perfiles de aprendizaje distan mucho entre una escuela privada y una particular; lo anterior cuando olvidan que precisamente esa disparidad ampliaría las brechas económicas, las oportunidades escasearían más en un ambiente inequitativo que no propicia el progreso; por el contrario, sería una fábrica de ninis y braceros masiva, más de lo que ha sido hasta ahora.

Es innegable que falta mucho por hacer en educación, pero no será sin los maestros, no será dividendo ni polarizando a la sociedad como participemos todos responsablemente, con una invasión de becas disfrazadas que son en realidad créditos que hipotecan los primeros años de la vida laboral de todo joven; no será con excluir a los más necesitados para beneficiar a unos cuantos afortunados; no será así como la Educación sea la palanca de movilidad que millones de mexicanos requieren ahora en la segunda década del Siglo XXI.  

Nosotros los maestros estamos dispuestos a actualizarnos con trayectos formativos acordes a la realidad educativa; estamos de acuerdo a evaluarnos con instrumentos fehacientes y elaborados por profesionales en una instancia propiamente implementada para ello; estamos de acuerdo en que “La Educación es el Camino” para lograr una sociedad con equidad y calidad; para ello proponemos para  la educación: 

Ser corresponsables, tener comunicación y acuerdos; educar es el camino para lograrlo.

Formar niños y jóvenes que razonen y sean asertivos y no sólo escuchen pasivamente. Educar hoy es construir mañana, Educar es el Camino hacia una sociedad con buena autoestima.

Enseñar a los niños que tienen el poder de decir firmemente ¡no!; cuidar su cuerpo, alimentarse sanamente y tener libertad para decir convincentemente. Sí, Educar es el Camino donde aprendemos a decidir responsablemente.

Participar en actividades como pláticas a padres, asambleas escolares para identificar a los amigos de su hijo; Educar es el Camino donde convivimos y socializamos lo aprendido.

El problema no radica en lo que creemos, es cuando pretendemos que todos vivan según nuestras creencias. La equidad y la inclusión son elementos necesarios en la escuela de hoy.

Es importante, en las juntas escolares, llegar a acuerdos de corresponsabilidad y no sólo quejarse señalando al docente. Educar es el Camino donde asumimos nuestras responsabilidades.

Actividades como leer en casa, hacer un presupuesto de compras y narrar relatos, fortalecen lo aprendido. Educar es el Camino para un aprendizaje colaborativo en familia.

Los padres juegan papel fundamental en el proceso formativo de sus hijos, todo comienza en el seno familiar. Educar es el Camino hacia una sociedad consciente de su obligación y pendiente de su derecho.

El ejemplo y modelo del padre incide tanto o más que el esfuerzo y didáctica de los maestros. ¿Somos corresponsables? Educar es el Camino hacia una sociedad con responsabilidad compartida.

Es importante leer cuando menos una hora por la tarde cuentos, novelas, fábulas o simplemente los textos escolares. Educar es el Camino para apropiarse del conocimiento.

No queremos un futuro con cárceles llenas de jóvenes y escuelas más vacías. No queremos un futuro con aulas vacías por falta de resultados educativos que desmotiven; queremos un futuro lleno de jóvenes emprendedores y prósperos por haber adquirido en su Educación Básica las herramientas necesarias para formar una autoestima que les permita ser asertivos y socializar constructivamente sus saberes.