Variopinto
Carlos Manuel Sabines
Ciudad de México.- El problema de la seguridad tiene varias vertientes, siendo dos de las principales la inseguridad propiamente dicha y el impacto que las Fuerzas Armadas reciben por esa inseguridad.
En el primer asunto, se ha magnificado la delincuencia, al grado de que cada paquete de fallecidos, ejecutados, decapitados, mutilados con saña increíble, aumenta en cuanto al número de las personas asesinadas; en Cadereyta el fin de semana fue de 49 muertos, 43 del género masculino y 6 del femenino. Como siempre, todo se basa en hipótesis, que si fue un ajuste de cuentas entre bandas, que si es una venganza por la “acción de las autoridades”, que si es el sereno, pero la realidad es que no se sabe a ciencia cierta de qué se trata. Mientras Calderón se pasea por todo el país, presumiendo sus logros en la materia.
En cuanto al impacto en las Fuerzas Armadas, la Sedena hizo un corte de cuentas para manifestar que suman 290 militares que infringieron los derechos humanos de otros mexicanos. De ellos, sólo 36 han sido sentenciados por diversos motivos; es decir, un 10.44%. Por otra parte, la propia Sedena, informó que en 5 años se han sentenciado a 3 mil 612 militares por diversos motivos.
Las noticias en el agro sinaloense son horrorizantes: se prevé un desplome de 50% del sector por la sequía; los riegos han disminuido de 6 a 2 por ciclo agrícola y las presas están a tan sólo un 7.8% de su aforo y Calderón presume que presume que los 34 mmdp dispuestos para afrontar el triple problema, sequía, inundaciones y heladas, aún no se hacen presentes en el apoyo a los agricultores. El discurso oficialista marcha triunfal, presumiendo logros que nunca llegan.
En las declaraciones oficiales relativas a que vamos bien, se insertan las informacionews del INEGI sobre el cierre de negocios de 572 mil 526 personas que bajaron las cortinas de sus negocios. Seguramente esas acciones corresponden a un entorno económico bonancible para los mexicanos.
En un hecho inusitado, el Congreso de Michoacán rechazó la reforma constitucional que el Congreso de la Unión aprobó en meses anteriores sobre la laicidad consagrada en el artículo 24. Si se logran 17 votos de otras tantas entidades del país, las modificaciones aprobadas no entrarán en vigor.
De los dichos en las campañas, hay mucha tela de dónde cortar. Por ejemplo, JVM dice una barbaridad: “es tiempo de que México vuelva a crecer”. ¿Hay tiempos para crecer y tiempos para mantener un perfil bajo, de crecimientos mediocres y miserables como los obtenidos en las administraciones de Fox y Calderón? Dijo: “quitaré a caciques de la educación”, en obvia referencia a Gordillo; ¿y la soberanía sindical?
EPN, por su parte, soltó varias perlas: el viernes de la semana pasada lo corrieron de fea manera de la Ibero, de un auditorio para 500 personas, de las que 400 eran acarreadas por su equipo y 100 eran escolapios; por eso se enojaron y se encabr...itaron, por eso le gritaron lo que le gritaron; el sábado canceló giras en Morelos y Michoacán “por no haber condiciones” y ese mismo día en Coahuila le gritaron hasta de qué se iba a morir, sobre todo a partir de que mencionó que debe investigarse a Moreira el ex por los 34 mmdp de deuda que heredó a su hermano; el domingo señaló que ya no asistirá a actos públicos abiertos, sólo a espacios cerrados con control de asistentes a modo. ¿Impulsa la democracia? Por supuesto que no.
¿Y Beltrones dónde se había metido? Pues apareció el fin de semana para pedir comedidamente, con todo respeto a Calderón, que no debe polarizar las elecciones. La tibieza como denominador para apoyar a su correligionario.
