Regreso al futuro
Hugo L. del Río
Monterrey.- Enrique Peña Nieto dijo a los corresponsales de El País en México: “No hay regreso al pasado”. Claro: con PRI o con PAN hemos seguido viviendo en los espacios de la corrupción y el autoritarismo: la dictadura perfecta, atinó Vargas Llosa.
“Es falaz (sic) decir que el PRI se fue. El PRI se fue del Gobierno de la República, pero sigue gobernando”, expresó el mexiquense a los colegas Luis Prados y Salvador Camarena.
La entrevista, publicada ayer, es un esfuerzo muy serio por darnos a conocer las intenciones de EPN.
Sospecho que se frustró el intento. Peña Nieto se nota acartonado y cajonero: para qué mostrar las cartas, si es que son suyas, cosa que muchos dudamos.
Tenemos 54 años de oír cosas como “la formación del equipo de trabajo no estará definida por la filiación política, sino por el prestigio, honorabilidad y capacidad probada en tareas públicas”.
En una nota aparte, Prados escribe: “El partido que dominó la vida de México durante 71 años y recupera la máxima magistratura del país después de doce años, verá limitado su poder y cualquier intento de restauración autoritaria”.
Sí: la izquierda avanzó y ahora es la segunda fuerza política. Es un enorme capital que no se puede derrochar en tonterías, en aceleres, en poses heroicas, en rabietas y desplantes.
Por primera vez, un bastión de la reacción como lo es Nuevo León dio una copiosa votación a los candidatos socialdemócratas.
Entendamos que el poder no se conquista con gritos y sombrerazos, con insultos y escupitajos. Es faena larga y fina: Lula ganó la Presidencia al cuarto intento.
El Peje debe tomar distancia de la legión de enfermos que pretende llevarlo al enfrentamiento.
López Obrador ya hizo más de lo que le exigían las circunstancias. Los hombres somos actores que decimos nuestro parlamento y salimos del escenario.
La alianza de izquierdas es más importante que los sueños de caudillaje.
Poner sitio a la ciudad de México colocaría en un aprieto a Ebrard, Mancera y todo ese grupo que está obligado a continuar el esfuerzo.
Pie de página
Omaigod. La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos emitió ayer una declaración en la que afirma, con toda su autoridad, que las sirenas no existen.
La burocracia es igual en todas partes: sin imaginación ni amor por la aventura. Mi amigo Ulises se encargará de desmentir a estos tipejos grises que nos quieren quitar los sueños de seducir a tan interesantes tetonas.
