Más sobre encuestadoras
Carlos Manuel Sabines

Ciudad de México.- Dicen los que dicen que saben, que nunca hay que pelearse con un periodista, porque se concita al resto del gremio y uno siempre sale perdiendo, aun teniendo la razón. También reza un refrán que para bailar se requieren dos.

Desde mi punto de vista, la agresión venga de quien venga, así sea de un  periodista, hay que repelerla, contestarla de debida manera, en tiempo y forma, como arguyen los abogados. En el caso, los mexicanos hemos sido agredidos con conductas nada ortodoxas por parte de periodistas, editoras y más aún, de las casas encuestadoras.

Así que vamos al tema: en este espacio, hace varios días sobre la actividad de las encuestadoras. Escribimos que sólo Milenio, por pluma de Gómez Leyva, había salido a explicar, superficial y frívolamente, su conducta. Pero antier, en el mismo espacio de Ciro, se publica la opinión de Milenio-GEA-ISA, donde hay que agradecerles que con sus datos hayan informado, más bien, apunto, desinformado a muchos mexicanos; que las encuestas sirven para reducir la incertidumbre en torno a los comicios (¿no será al revés?); contribuyen a facilitar el proceso electoral (¿con todo y ayudando a crear problemas poselectorales?).

Estas encuestas al igual que las de otras casas, asume la defensa de todas las involucradas, contribuyeron con información valiosa para la ciudadanía, esa es desvergüenza; y así por el estilo para supuestamente explicar y auto justificarse en las “fallas” incurridas. No aceptan ni por casualidad sus yerros, por el contrario, hay que bendecirlos, porque sin su orientación estaríamos perdidos.

Adicionalmente debe mencionarse que salvo los números de María de las Heras, todos los demás, vaticinaron ventajas superiores del 10%-12%, al 18%-20%, de EPN sobre AMLO, para quedar en un discutible 6%. Vaya con los tipos. 

Pero esto no se detiene ahí, la claque de Milenio-Ciro, en pluma de Álvaro Cueva, afirma: “qué pantalones de Ciro”. Se pregunta el encargado del cotidiano, de ver telenovelas 24 horas al día, “¿en qué consistió la falla? En que el resultado final no fue exactamente el de las elecciones”. La “insignificante” falla fue de más de 200%, nada más; para un sujeto que dice que cotidianamente realiza estudios demoscópicos, su opinión en ese sentido es grotesca. Reconocer que se “equivocaron” de esa manera (¿es de muchos pantalones?). Vaya con estos compas. Como están acostumbrados a dirigirse al público telenovelero, creen que todo el mundo es igual.   

¿Dónde queda la responsabilidad de manipular a un gran sector de la población con datos falsos? ¿Dónde y cómo enfrentarán las consecuencias de una actuación dolosa, por decir lo menos? Y luego se enfadan porque cuando los reconocen en la calle les mientan la madre, como a Marín, y no hay credibilidad para ellos y otros medios que operan de manera similar. Sólo EPN y su equipo les pueden aplaudir.

Por todo ello se requiere legislar  de inmediato sobre la actividad de las encuestadoras, sin caer en la cacería de brujas, pero poniendo énfasis en normar la conducta, la transparencia de dichas empresas, así como la claridad de los contratos que celebren con quienes sean sus clientes y la vigilancia correspondiente.

Por lo que hace al trabajo poselectoral que a partir de antier está desarrollando el IFE, es decir, el recuento de votos, los resultados hasta la hora en que se escriben estas notas son prácticamente iguales a los del PREP. Era utópico esperar datos diametralmente diferentes. En realidad sólo queda apelar al TRIFE, cuestión que en los hechos también es un juego de abalorios, sin tratar de molestar la memoria de Herman Hesse, y  muy difícil dados los antecedentes de Luna Ramos, el presidente del organismo.

Debe recalcarse que el recuento de votos es sólo una fase del problema, porque atiende al problema cuantitativo, pero no resuelve el tema cualitativo de las elecciones. Al efecto recordemos que en 2006, el TRIFE emitió dos opiniones a cual de ellas mayormente deleznables: que Fox sí había intervenido en el proceso electoral de ese año, pero que como no se pudo cuantificar en qué medida, no cabía sanción alguna. El mismo criterio se aplicó con respecto a la actuación relativa al mismo proceso del Consejo Coordinador Empresarial, en un caso similar.

En 2012, la situación vuelve a presentarse porque ha quedado acreditado que se usaron recursos de manera dispendiosa en la pre campaña y la campaña; se rebasó con holgura el tope de los gastos permitidos en las  mismas; se practicaron todo tipo de martingalas para tratar de disfrazar los recursos empleados, vía la entrega de multitud de despensas a los electores para cooptar su voto, es decir, se compraron los votos con despensas, con tarjetas de débito-Monex-Soriana, con efectivo y tarjetas telefónicas; se celebraron contratos de publicidad con medios electrónicos de televisión, como lo reportó The Guardian, entre Televisa-PRI-EPN y otros mecanismos igualmente onerosos, ilegales, inequitativos y sobre todo que pasan sobre la voluntad de los mexicanos.

A todo ello, ¿el TRIFE dará respuesta puntual y precisa? ¿Se excusará de intervenir el presidente, Alejandro Luna Ramos, del órgano citado, después de su desafortunada, sesgada y tendenciosa  declaración de la semana pasada, con la que se acredita que no actuará con imparcialidad?

En los detalles, tenemos la siguiente información que avala lo escrito líneas arriba: Monreal presentó más pruebas de que el PRI trianguló 168 millones de pesos con Monex-Soriana. Sobre el particular, Eruviel Ávila, gobernador del EdoMex y personero de EPN, que fue la entidad que financió la operación de los más de 170 mil monederos, señaló que esas acciones se inscriben en el contexto del “programa de 10 acciones para la educación”. De que el cinismo se les da, se les da.

En el frente panista, el buen Ciro-Milenio entrevistó a Calderón y este dijo varias cosas, entre las que destacan lo siguiente: Fox no le merece ninguna opinión; reconoció que estos no son los mejores tiempos del PAN; que AMLO es predecible y que el PAN se refundará; que su prioridad no era combatir el narcotráfico, vaya la desvergüenza y otras sandeces.

Ayer JVM se autocandidateó a presidenta de los azules, bajo el cobijo, afirmó, de más de 12 millones de votos que obtuvo en los comicios y que por tanto se siente líder del panismo. Alberto Cárdenas dijo el lunes que no merecían haber perdido de manera tan contundente, a lo que agregamos que ni siquiera debieron captar tantos votos, después del desastre de la ¿administración? de Calderón, en todos y cada uno de los rubros del gobierno federal. Más aún, el PAN en tiempos de Calderón perdió posiciones con Germán Martínez, César Nava y ahora con Gustavo Madero y el propio Calderón, porque en realidad, a la defenestración  de Cordero, fungió como jefe de campaña de JVM desde Los Pinos. De  esta suerte, los panistas y sobre todo el país, ¿qué pueden esperar? Sólo el maridaje con el PRI en las Cámaras para aprobar todo lo que se les venga en gana.