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1107 23 Julio 2012

 

Gobierno induce y ciudadano deduce
Ricardo J. García M.

Monterrey.- La vida de la república parece estar bien, todo tiene sentido, los hechos lo demuestran: un presidente preocupado por la seguridad, sonriente según el caso o enojado en otros, con declaraciones triunfalistas del empleo, anfitrión de eventos internacionales, obsequioso con sus huéspedes aunque no le hagan caso en sus propuestas, un IFE y TEPJF controlando el sinfín de declaraciones de los partidos políticos.


Eso es lo que mediáticamente observamos de manera objetiva. La objetividad es una actitud del espíritu que consiste en ver las cosas tales como ellas son, sin deformarlas. La ciencia es objetiva, es inductiva, reúne pequeños hechos y emite un razonamiento. La república mexicana es un castillo y sus súbditos reciben verdades incuestionables. Pero mucho ojo, la ciencia es verdadera sólo en ciertas hipótesis.

La filosofía es deductiva, es un razonamiento que va de lo general a lo particular; ejemplos: “todo hombre es mortal, yo soy hombre, yo soy mortal”; “En México en 6 años hubo más de 65 mil muertos por violencia, yo vivo en México, yo puedo morir por violencia”.

Por lo tanto deduzco y saco consecuencias de mi razonamiento: quien provocó y desató la violencia,  causa principal de  las muertes de mexicanos, no importa su color, estrato, educación, sexo o religión, busca una imagen que no tiene y es un manipulador que con ayuda de la objetividad y reuniendo  pequeños hechos  induce a la ciudadanía para que vea positiva un situación de caos que minó la libertad en el territorio mexicano.  El ciudadano deduce y se protege porque sabe que está en peligro y reclama.

Veamos cómo se maneja una imagen visual y escrita: “El ejercito atrapó al sobrino del Número 2 de lo Zetas...”; “El Ejercito y la Marina acabaron con el Jefe del Cártel de la Familia en Michoacán…”; “PGR considera no grave el fraude de 110 millones en Pronósticos Deportivos..”; “La Marina anuncia la captura de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, presunto hijo del Chapo Guzmán...”

La ciudadanía, con estos triunfos constantes e incuestionables, visual y escrita, nos induce que vamos por el camino correcto. Es un cuadro bonito: "Gracias por tu participación para votar”. Pero, ¡oh,  decepción!; deducimos que al gobierno federal le conviene una transición sin zozobras, que el IFE es un negocio jugoso con sueldos estratosféricos, que busca que todo sea terso y que los partidos políticos  primero cuidan su presupuesto y luego participan en la impugnación de la elección inequitativa y fraudulenta.

Hace seis años fue todavía más evidente el fraude a la presidencia federal, esos grupos que ahora se indignan llegan demasiado tarde. El dinosaurio estaba ahí y nosotros  huérfanos de Estado  y estadistas. Hay una democracia perezosa, a la medida, que permite que el poder lo tome una o dos personas o empresas. El presidencialismo apoyado por  la empresa–nación busca y selecciona al manipulador de las masas (Bush, Obama, Reagan, Fox…) que a su vez implemente una imagen objetiva, indubitable, que su quehacer en el gobierno se vea correcto, bonito, lindo, con justicia.

En México la guerra al narcotráfico nos la devela el gobierno federal, como una lucha contra delincuentes, por lo tanto, es justo a los ojos de la ciudadanía, que acepta sin chistar las consecuencias  de muertes de niños, mujeres y familias enteras de la sociedad civil. Si analizamos qué sucede con esta industria en Estados Unidos, deducimos algunas verdades que descartan la verosimilidad del eructo de estrategia que nos endilgaron desde hace seis años:

1.- En Estados Unidos son legales las drogas en 29 estados.
2.- Son legales para uso medicinal terapéutico y recreativo.
3.- Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas del mundo.
4.- Estados Unidos es el mayor productor de drogas del mundo.
5.- México es también consumidor y productor .
La ciudadanía deduce lo siguiente:
1.- Hay una enorme industria de la droga en Estados Unidos.
2.- Hay una producción  cuantiosa permitida en Estados Unidos.
3.- Hay un mercado organizado y permitido de drogas en Estados Unidos.
4.- Ese mercado de la droga en Estados Unidos puede caer si hay un exceso de mercancías, es decir de drogas.
5.- A Estados Unidos no le conviene que entren marihuana, ni cocaína a su mercado.
Mi razonamiento deductivo me dice que la  “estrategia” federal está equivocada y es destructiva de una industria de la droga y esto seguirá en el sexenio siguiente con el manipulador en turno puesto por un IFE que busca,  en el 2012, un final editado, calculado, bonito, que sea verosímil al ciudadano, un final de novela rosa.

 

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